Diario del Estado de Alarma (Día 79): ‘Un toreo muy toreable‘

Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia.



Este tierno país abrazable. Mucho más cuando desata su valentía. Es un valor de mitología griega clásica, casi estéril: un manojo de espigas en batalla frente a la hoz. Es un valor para un poema en un mundo sin poetas. El resto de los días, cuando no se hace alarde de ese valor, país y toreo no tienen quién le escriba. Se pierden en el laberinto de su complejo de inferioridad. Indefensos, país y toreo, se refugian en la involución de la cueva y vuelven a pitar toscos toros en sus paredes. El toreo, cada día que pasa, es más toreable. Renegó de su huracán. Al país, de tan toreable, se le puede hacer el teléfono.

‘Resulta que, desde el viernes, el toreo es de Ley porque lo dice Uribes (…) Y hemos tenido el honor mileurista de formar jolgorio y fiesta, porque dicen que estamos dentro de la Ley. El toreo, tan mileurista’

Dijo Susan Sontang que cuando la persona adecuada no hace lo inadecuado, este se convierte en lo adecuado. El toreo y el país, España, buscan a la persona adecuada, al líder adecuado, y, como no lo tienen, admiten lo inadecuado. Por ejemplo, no hay nada adecuado en lo que nos cuentan desde el Congreso, pero es lo adecuado. Por ejemplo, un tipo inadecuado por su bajo perfil en talento es Ministro de Cultura, y lo que hace o dice se toma como adecuado. Pero no lo es. Resulta que, desde el viernes, el toreo es de Ley porque lo dice Uribes. Resulta que ahora, sí, efectivamente, estamos dentro de la Ley. No, hermanos, ya lo estábamos, siempre lo estuvimos. Pero este mundo de valientes no ha tenido el valor de salir del refugio de la cueva a exigir la Ley. Y hemos tenido el honor mileurista de formar jolgorio y fiesta, porque dicen que estamos dentro de la Ley. El toreo, tan mileurista.

Hemos lanzado fuegos de artificio a los cielos porque un tal Uribes ha hecho un ‘guiño’ al toreo. Oh, Ah. Porque nos ha mencionado. Oh. Ah. Tal hallazgo es la señal de humo de un porvenir menos miserable, menos humillante. Ya somos Ley. Al fin. Matemos el carnero y asemos papas. Suene la música y que haya regocijo pues ya somos Ley, coño, y además nos mencionan, y, además, nos han guiñado un ojo. ¿Cuál ojo? ¿Derecho o izquierdo? Negativo, nos han guiñado el tercer ojo. Con el que se jiña, vulgo, se evacúa el vientre.

Nos han dado permiso para salir de la cueva. Ya aspiramos a nuestro arte de pintar toros básicos fuera de la catacumba. Ya hemos sacado los santos a pasear para que llueva, a la espera de una reunión, de una conversación con Uribes. Yo coincido con Echanove: ¿pero ¿quién coño es Uribes para que babeemos porque dice que estamos dentro de la Ley? He visto caer muchas babas en el sector después del guiño de Uribes, recomiendo ponerse babero. Y cuidarse la retaguardia. Porque había un plan. No se nos olvide. Aún debe de ser pronto para saber qué plan, pero había un plan a cuya obediencia nos debemos las fieras maleducadas y groseras que pedimos la calle.

No me escondo. Yo me fio de Fernández Vara y de García-Page, de Lambán. De un hipócrita que dice que menciona el toreo porque ‘está dentro de la Ley y que por eso lo menciona’, no me fio. Me podría fiar hasta de nuestra estulticia.  Que consiste en festejar una obviedad (que nos ampara una Ley que jamás han cumplido y no hemos tenido ni talento ni cojones para hacerla cumplir y que jamás van a cumplir) porque, de no festejar algo, ‘el plan’ habría fracasado.

 Nos ha dado nada, no nos han ofrecido nada, no hay nada que no sea el mismo lugar de desprecio y ninguneo. Y si alguien me da pruebas de que estoy mintiendo, me exilio al carajo. Señores, que tan mal nos va que quien nos representa traduce una nueva nada por un guiño de ojo del culo. El personaje de Narcohisteria afirma: ‘España, siempre nos fue bien, porque siempre nos fue de la mierda’. Que haya alguien que diga que los créditos CREA se han hecho para el toreo humilde además, de tonto, miente. Otra cosa es que algunos banderilleros puedan acogerse, dependiendo de contratos y fechas de los mismos. Decir eso es tanto como decir que, porque alguien se puede acoger al Ingreso Mínimo Vital, resulta que se hizo para ellos.

‘Inventamos una falsa esperanza sobre otra falsa para que la rueda siga.  Haremos todo lo posible para que lo inadecuado sea lo adecuado, porque los que nos gestionan, son los adecuados’

Me da que hemos puesto en primera fila de pancarta del toreo a gentes que no vienen de él. Y que pronto volverán al lugar de origen, que no es el toreo.  Y de gentes que vienen de él, pero degenerando el origen. Otros muy gastados. Y lo reconozco: han trabajado como nunca. Para todos ellos lo de Uribes fue un orgasmo. Nos mencionó. Oh. Ah. Resulta que detalló cada plan a cada negocio, subnegocio, apartado de cada euro invertido hasta en un iluminador. Pero a nosotros nos mencionó, nos dice que somos Ley, afirma que hablará de nuevo y deja caer que a ver si Sanidad se olvida de esa profunda, absoluta, inimaginable, absurda y, dicho por un socialista, gilipollez, que es eso de los nueve metros cuadrados. Cuando lo haga, cuando diga; hay que ver si somos gilipollas con lo de los metros cuadrados, nosotros, en lugar de decir que son gilipollas, haremos fuegos artificiales de nuevo porque nos guiñan un ojo.  Oh. Ah.

Porque, que alguien dé razones al llevarme la contraria, hemos confundido rectificar una gilipollez (los metros cuadrados) con una consideración. Hemos confundido el hecho de leerse una Ley existente en un hallazgo maravilloso, divino, mágico, en un orgasmo colectivo camino de una ayuda. Bueno, no. No lo hemos confundido. Inventamos una falsa esperanza sobre otra falsa para que la rueda siga.  Haremos todo lo posible para que lo inadecuado sea lo adecuado, porque los que nos gestionan, son los adecuados.

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