Diario del Estado de Alarma (Día 62): ‘Los Gremlins’
Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia
Una figura fantástica gestiona España. Imaginaria o real, pero siempre desconocida. Hasta el momento, los denominan como Comité de Expertos. Unos fantasmas que susurran al oído del Gobierno por nuestra salud, movilidad, metros cuadrados de distancia, quién sale, quién entra. Estas figuras fantásticas que serán reales cuando el Gobierno diga sus nombres, son los Gremlins. Cabroncetes. Al Gobierno le dicen a las tres a qué hora salen los niños al mercado, y a las cuatro que no van al mercado. O le dicen que Euskadi es fase 1 y no Granada, siendo lo mismo. De ahí tanta auto rectificación de nuestros Ministros. Los Gremlins, ese sabio Comité de Expertos que cuida de nuestra salud. Todos tranquilos. Spain is different.
¿Qué es un Comité de Expertos? Pues un conjunto de personas elegidas para desempeñar una labor determinada. Eso es un comité. Luego está lo de “expertos”, que significa que son sabios en la materia en cuestión. En España se traduce por Gremlins y juegan al juego de ser fantasía, como los creados por Joe Dante, y, además, a hacer putadas. Cada vez de las innumerables veces que un Ministro rectifica al otro, luego de rectificarse asimismo, no es causa de su imbecilidad ocurrente sino del Gremlin recurrente. No he conocido episodio fantástico más recurrente que un ¿inexistente? Comité de Expertos.
‘¿Qué es un Comité de Expertos? En España se traduce por Gremlins y juegan al juego de ser fantasía, como los creados por Joe Dante, y, además, a hacer putadas’
Los Gremlins ya habían aparecido en la vida política y social de este país en el toreo. El toreo es a la política y sociedad española lo que China a una pandemia. Todo sucede en ellos por primera vez. Pero, sucediendo, ni caso. China pasaba por esta peste y ni caso. El toreo sufre sectarismo y persecución, pero la sociedad española, ni caso. Pero, en lo que toca al Comité de Expertos del Covid-19, anónimo, fantástico, desconocido, mágico, fantasmal, esotérico, resulta que puede que existan del todo. Una prueba es que el Ministro Illa ha mutado el rostro en estas semanas y tiene un aire extraño, y no me digan que el Doctor Simón no parece uno totalmente.
Entre preguntas en ruedas de prensa, en sede Parlamentaria y demás lugares, se habrá preguntado por la nómina de ese Comité unas cuantas veces, tantas como no se ha respondido. No hace falta ser Einstein para deducir en conclusión que, de existir, cuando sepamos sus nombres les podemos tirar huevos por parir medidas que duran seis minutos en rectificarse así mismas.
‘Bastaría con decir quién nombró al Comité de Expertos, quiénes lo componen, su currículo y toda la fantasía perecería de golpe. Porque si resulta que no existieron, que existieron después o que son sabios ‘modelo aspirina’ este es un país de chiste con forma de banana, república incluida’
Un país debe de confiar en sus expertos. Más en estos momentos. Pero confiará en tanto en cuanto sepa quiénes son, qué experiencia poseen. Un novillero aconsejado por un torero de alternativa se toma en serio un consejo, confía. Un ganadero que manda poner la vaca allí o aquí, es porque es experto. Hay confianza en su sabiduría, aunque luego pueda ser que se equivoquen. Pero un país cuyos sabios en la materia de peste que mata son desconocidos, es un país de estampitas, de cuentas de vidrio, de rosarios o similar y de sacar a pasear a los santos.
Asistimos a un curanderismo de chamanes, a una fe obediente en los gurús invisibles, a una extraña religión mesiánica de dioses medicinales incorpóreos. O simplemente es la bruja quien tira los huesos del azar o se leen las entrañas de aves a partir de un clan sacerdotal. Como decía Calamaro en sus geniales respuestas en entrevista publicada por mundotoro, no estamos tan alejados de la Edad Media al respecto.
Bastaría con decir quién nombró al Comité de Expertos, quiénes lo componen, su currículo y toda la fantasía perecería de golpe. Entraríamos en el mundo de la realidad, que es el mundo que más fe puede dar en estos días. Porque si resulta que no existieron, que existieron después o que son sabios modelo aspirina (servir para todo y no valer para nada) este es un país de chiste con forma de banana, república incluida. Yo les tengo manía. A Los Gremlins expertos. Lo de los nueve metros cuadrados es maldad
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