Diario del Estado de Alarma (Día 50): ‘Ya no hacemos un Dos de Mayo’
Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia
No hay peor halago que el que deseamos escuchar. Bueno, lo supera el halago inmerecido que tapa nuestras vergüenzas. Nos están halagando en exceso, tanto, que comienzo a pensar que no somos esos elogios. Es como el toreo que siempre espera un elogio incluso cuando la bravura de un toro puso a cavilar su talento. Han puesto a cavilar nuestra bravura y talento como país a través de otra pandemia, la del elogio que nos llama héroes, ciudadanía ejemplar, mejor sanidad del mundo, todos juntos lo vamos a superar. Y la peor, que somos responsables. No es cierto. Somos un país de gentes que saben obedecer muy bien.
Ya sé que no es políticamente correcto, pero creo que obedecemos. Nuestra virtud máxima es sólo obediencia. En medio de ese manejo del perro pastor que traslada acá y allá ovejas a la voz de su amo, no somos más que el cencerro. Lo siento pero lo pienso: este país hoy no hace un Dos de Mayo. No tiene lo que tiene que tiene que tener para hacerlo. Somos obedientes y en esa obediencia no cabe rebeldía alguna. Joseph de Maistre dijo que la gente tiene el gobierno que se merece. Frase mejorada por André Malraux al afirmar que la gente tiene a los gobernantes que se le parecen.
‘Ya sé que no es políticamente correcto, pero creo que obedecemos. Nuestra virtud máxima es sólo obediencia. En medio de ese manejo del perro pastor que traslada acá y allá ovejas a la voz de su amo, no somos más que el cencerro’
Somos de una obediencia tan al pie de la sumisión que conseguimos dos inmundicias morales. Por ejemplo, en el toreo. Una y otra vez y otra vez y una, canales y redes sociales borran contenidos de la Tauromaquia y permiten los mensajes de violencia y odio. Y las seguimos usando sin encenderlas. Bastaría para que todos a la vez nos rebeláramos con un mensaje a compás de ira legítima, a ver qué pasaba. La penúltima aplicación fascista de Youtube ha sido eliminar la obra de arte de Antoñete de Madrid. ¿Y, sabéis que va a pasar? Nada. Un lindo, plano, llano, pusilánime y virtual cabreo en lo virtual. Y por supuesto, de parte de individuales. Los colectivos del toreo esperan la llegada del último round para lanzar un mísero jab al aire.
Os imagináis. Que eliminaran al Guernika de Picasso. A la Venus de Milo. A las Lanzas de Velázquez. La obra de Lorca. Una canción de Aute. ¿Creéis que no lo van a hacer? Lo harán. Lo harán por una sencilla razón: cuando comenzaron a eliminar y a censurar, es decir, a enterrar y condenar a su no existencia, una obra de arte de la Tauromaquia, nadie se rebeló. Al acto aberrante le siguió un extenso y prolongado nada en el país de la obediencia suprema y el subapartado de la Tauromaquia, también de suprema obediencia.
‘No existe norma bajo prescripción de una moral o ética en Youtube o en otra red social. La única norma es no perturbar la paz de quienes quieren que no exista la faena de Chenel’
Se entiende que Youtube o Instagram, no son el Gobierno. Pero, hoy por hoy, las “normas” y “criterios” de contenidos censurables o no, coinciden con ciertos parámetros de la política institucional. En toda red, canal, o lo que sea, existen contenidos no sólo zafios, sino de vergonzosa ética y enemigos de tantos “criterios” y “normas” de una sociedad tolerante y avanzada. Pero resulta que los “criterios” los fija alguien no en función de una libertad de todos, sino de los prejuicios de algunos.
No existe norma bajo prescripción de una moral o ética en Youtube o en otra red social. No es cierto. La única norma es no perturbar la paz de quienes quieren que no exista la faena de Chenel. Es decir, ante un prejucio de tribu contra algo legal, Patrimonio Cultural de los Españoles, Youtube antepone la “paz de la tribu” al derecho de un colectivo que desea gozar libremente de ese arte al que la Ley y la Constitución le da derecho. Es desde ahí que pregunto.
¿Cómo es posible que un Gobierno no llame al orden y ponga las medidas necesarias para que Youtube no anteponga una moral de negocio frente a un derecho Constitucional? ¿Cómo es posible que un Gobierno y las instituciones de un Estado de Derecho no permitan que un colectivo, mayoría o minoría, puedan gozar de todos sus derechos constitucionales?
No. No somos un país para un Dos de Mayo. Y termino como comencé. Respeto a nuestros gestores de país, que los elegimos nosotros, hago referencia a un hombre que tanto luchó por la libertad, Víctor Hugo. “Entre un Gobierno o institución que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una cierta complicidad vergonzosa”. No. No somos responsables, somos obedientes. Obedecemos más y mejor que cada una de nuestras mascotas.
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