Diario del Estado de Alarma (Día 43): ‘Prohibir se escribe con la “h” de hambre’

Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia



Hambre. Dícese de ese animal enjaulado dentro de nosotros cuando tenemos hambre. La prensa divulga noticias grandes en formato chico: los comedores sociales no dan abasto para dar de comer a los hambrientos en España. Aceptamos sin sonrojarnos que el abuelo tenía menos derecho a un respirador que el nieto y el hijo. Le dicen triaje y yo lo llamo priorizar la vida o la muerte. Con esa carga nos tocará vivir si nos queda un rescoldo de decencia. Vamos con otro triaje o priorización, en este caso, uno que no se hace. Esta España del progreso ha priorizado asuntos como bienestar animal, institutos varios sobre igualdades varias, antes que el hambre. El torero Luciano Núñez tenía razón: hay gente del toro que pasa hambre. Españoles pasando hambre.

No me cansaré de repetirlo. Una sociedad que gasta alrededor de 50.000.000.000 de dólares al año en mascotas mientras casi 9.000 niños mueren al día por desnutrición, me hace pensar mal de ella. Ya lo sé. Son macro cifras alejadas de nuestra casa de confinamiento. Qué tal si metemos a las cifras en casa: un 21 por ciento de los españoles está en situación de pobreza o riesgo de la misma. Media décima menos que cuando el gobierno del progreso llegó al poder. Me pregunto si priorizar nuestros recursos no consiste en acabar con el hambre de los nuestros antes de alimentar bienestares animalistas. Pero debo de estar en un error. Las informaciones públicas sobre bienestar animal multiplican por cien las noticias sobre el hambre de los españoles.

‘Me pregunto si priorizar nuestros recursos no consiste en acabar con el hambre de los nuestros antes de alimentar bienestares animalistas. Pero debo de estar en un error. Las informaciones públicas sobre bienestar animal multiplican por cien las noticias sobre el hambre de los españoles’

Me parece muy bien gastar más de 200.000 euros en un pin igualitario. Siempre y cuando los comedores sociales sean una minoría. No es un platonismo estúpido, quizá es inservible, pero no quiere decir que no sea cierto. Este progreso lanzó a la gente de lo rural a las calles para protestar por su vida infame mientras los organismos y televisiones y medios dedicaban más espacio al 8-M. Pero resulta que ahora es el campo quien nos da de comer. Hemos conocido, han conocido los españoles que viven desde la tele, a la España que nos da de comer.

Priorizar es una cuestión de lógica humana y social. Pero esta lógica en los recursos, sencilla y simple, no fomenta tribu ni advierte votos. Vería con buenos ojos que, con un riesgo de pobreza cero, sin hambre, los euros de mis impuestos fueran a parar a esas otras cuestiones. Me sentaría a debatir y a escuchar las maldades del toreo y de la Tauromaquia desde las bocas de quienes fueran, cuando no se haya puesto un solo recurso destinado a prohibirlo y se haya puesto en la mesa del que tiene hambre. Hambre.

‘A nadie le escandaliza un hambriento pero sí hay escándalo por un toro muerto a espada. Fruto de ese otro triaje social propagandístico que ha contaminado a la ética y a la moral de tal forma que es más solidario, ‘más progresista y más humano priorizar el bien del jabalí que se pasea hoy por nuestras calles, que la necesidad de comerse a ese jabalí para quien tiene hambre en la misma calle’

Ya nadie habla del hambre. No es correcto. Somos un país de la UE. Avanzado. Progresista. El hambre no existe. No sólo no existe porque los dueños de la verdad no quieren que exista. A nadie le escandaliza un hambriento pero sí hay escándalo por un toro muerto a espada. Fruto de ese otro triaje social propagandístico que ha contaminado a la ética y a la moral de tal forma que es más solidario, más social, más progresista y más humano priorizar el bien del jabalí que se pasea hoy por nuestras calles, que la necesidad de comerse a ese jabalí para quien tiene hambre en la misma calle.

Esta es una sociedad para el bienestar de los que ya tienen bienestar. El sentido de lograr el bienestar a través de jugarse la vida y el alma, cuestiones que apenas predica en soledad el toreo, no casa con el silencio impuesto sobre el hambre. El feminismo, de cualquier tipo, el animalismo, de cualquier tipo, no es una cuestión de cuotas sino de educación y tolerancia. De humanidad. Y, por otra parte, lo son sólo para una parte del mundo. Lo he dicho muchas veces: la lógica social de un 8-M, ¿a quién va dirigida? ¿A la mujer de Madrid o de Albacete? En más de la mitad de los países existentes según la ONU, no existen derechos humanos. Otra pregunta platónica: ¿No es más decente, solidario y progresista hacer triaje y poner por delante de nuestra política de tribu local la necesidad de todos los seres humanos de este país?

Platónica cuestión claro. Pero rechazo ese adjetivo. ¿No decimos que vivimos en un mundo global? Ahí quiero ver la respuesta. ¿Global quiénes y dónde? Incluso dentro de nuestro entorno. Dentro de nuestro país, dentro de nuestras casas. Quizá a las ocho salen a aplaudir gentes con hambre o preocupación de hambre. No soy platónico en el sentido de iluso, quizá de ilusión. Percibir ese odio con el que algunos pretenden alimentar la desaparición del toreo, provocando el hambre y la pobreza de muchos, el desastre ecológico y su pobreza derivada, me hace ser el platónico más realista de entre todos los realistas. Prohibir se escribe con la “h” de hambre.

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