Diario del Estado de Alarma (Día 37): ‘Definición de progreso o el país de charanga y pandereta’

Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia.



Progreso. Dícese de aquello que, en el tiempo, nos llevó desde la España de las mujeres de mandil y pañuelo y los hombres de pana, hasta la España de los ‘Yoyes’ en las televisiones. La España de la pana era esa donde un hombre soñaba en dar libros a los hijos y éstos a los otros hijos. Se avergonzaban de su incultura de destripaterrones. La España de los Yoyes entierra sin entierro a esa última generación y, con ellos, el sueño por el libro. Una España donde el progreso comunicativo, no es ya televisar ‘Grandes Hermanos’ con su zafiedad humana a cuestas, sino hacer ostentación de ella. Hacer raiting, audiencia, dinero, quemando libros, cultura, arte, pensamiento. No es en vano que el culto toreo huela el humo del pirómano a su alrededor.

Hace unos días, Telecinco y el rico Neandertal con cara de gustarle la copa de un árbol. JJ Vázquez, volvió a hacer dinero glosando para España el poder comunicativo de la incultura, la mente del simio. A los concursantes de ‘Sálvame’, creo, les propuso una vez más un test cultural básico. El nivel fue patético, sobre todo a la hora de escribir las respuestas con una tiza en una pizarra. En esas pizarras grandes y con esas tizas de cal fina salió lo mejor de esta España. La que se mató a trabajar sin descanso buscando el progreso de hijos y nietos para mejorar. Progresas. Eso es el progreso, imbéciles.

 ‘No se pregunten más porqué el toreo y su cultura ancestral anda quitándose las llamas inquisidoras de debajo de sus pies. Viendo a esta España, es lógico que proliferen Iglesias y Sánchez y secuaces’

Y, llegados a este punto de mejorar en cada generación, ahora el progreso consiste en hacer gala de no saber, de ser apenas un simio al lado de un móvil con formato de programa de máxima audiencia en una televisión rescatada con millones de euros porque es un bien necesario. Una ostentación de involución que nos televisa en plena peste esa España ruin de casquería, padre y madre de todas las guerras civiles, barbecho del ser manso, adormidera de voluntades, pasto venenoso con el que alimentar la desvergüenza de que un día fue la vergüenza de padres y abuelos. La España oscura, de caverna y pandereta, es esa. La otra es grandiosa.

 No se pregunten más porqué el toreo y su cultura ancestral anda quitándose las llamas inquisidoras de debajo de sus pies. Viendo a esta España, es lógico que proliferen Iglesias y Sánchez y secuaces. Incluyo a otros políticos de otros partidos, rectores de universidades convertidos en barrigas agradecidas, una enseñanza al pie del interés aldeano de nacionalismos y frentistas. No les basta con no saber. No les es suficiente. Hay que hacer ostentación de ello, hay que quemar libros. Hay que quemar toda la cultura posible, hacer tierra quemada. Que nadie se pregunte, que nadie se inquiete. Lloremos los cuernos de los Yoyes y Yoyas y no lloremos por los de la pana y su sueño de libros para los hijos.
Miro las redes sociales y encuentro entre los aficionados a los toros una sensatez redonda, armoniosamente reflexionada. (…) Se partieron el espinazo para ofrecer a sus hijos Picasso, Miró, Lorca, Cervantes…

Hace un tiempo, una encuesta sobre quién era García Lorca tuvo como resultado un apocalipsis. Ni el 23% acertaba. Mientras la política española debatía feroz sobre dónde ponía sus huesos y su tumba, al lado por cierto de dos banderilleros fusilados por los mismos fusiles, se escenificaba una hipocresía. A nadie le interesaba el poeta y su poesía, sólo un fémur o una tibia para dar garrote al de enfrente. Un país y una sociedad primitiva no es reaccionaria, un país que hace gala y tiene como objetivo su incultura, es presa de mentira, la falsedad, la negación de las libertades.

Miro las redes sociales y encuentro entre los aficionados a los toros una sensatez redonda, armoniosamente reflexionada. Es gente que aún no ha olvidado que los de la pana y el mandil negro se sacrificaron por ellos. Se partieron el espinazo para ofrecer a sus hijos Picasso, Miró, Lorca, Cervantes… Nombres y hombres que hoy nadie miraría a la cara. Gente culta, que sería el horror de esta tele y de esta pandemia atroz que es la expansión del virus de la gente que haga gala de su propia ignorancia.

No existe país machista, ni animalista, ni sectarismos, ni sociedad homófoba. Existe una sociedad tan inculta, tan no tolerante, tan pésimamente educada, tan zafia y vulgar y taimada, que golpea a una mujer, mal entierra al vuelo, anula al que no es de su credo o raza. Sí. No existen los ismos a los que se aferran con rédito de votos estos políticos de incultura superlativa. Existe una sociedad arrasada en su Cultura, pasto de cualquier actitud violenta. No hay nada que alimente más y mejor a la violencia que la incultura. No os preguntéis más. Esta es la razón por la que echan leña a la pira que quema al toreo.

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