Diario del Estado de Alarma (Día 42): La dialéctica del pirómano
Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia.
El toro, ese animal irrepetible y sin guión. Por más que las vacas no dejen de parir toros del mismo padre, jamás habrá una ecuación matemática para un lance igual. Un toro deja en mal lugar a un padre de nota y un toro hace perdonar las vergüenzas de un hermano del mismo padre. Por más que se oculte, simule, esconda, argumente o disculpe, jamás fórmula alguna, ecuación o fórmula parirán para un Gobierno un vicepresidente de la talla de Pablo Iglesias. Nunca pensé que alguien digno del paradigma de la revuelta ideológica, pudiera ser Gobierno. Pero que alguien que carga contra jueces cuando no le interesa una sentencia, que usa la Constitución a conveniencia de sus tripas y que hace de la hipocresía y la simulación moral una estrategia política es toro prescindible. Rechazarlo en el reconocimiento previo habría sido un deber casi moral.
Resulta que un hombre de estado, un gobernante, obligado por la Constitución y promesa o juramento del tipo que sea a velar por el buen desarrollo de los pilares de España, léase Monarquía, léase Justicia, léase libertad de expresión, alienta día a día contra el Rey, alienta a la censura previa, alimenta el descrédito de los jueces cuando hay una sentencia contra uno o una de sus filas. Por más que esta democracia llamada España siga existiendo, una vaca no va parir jamás a un toro tan necesitado de banderillas negras. Yo no voy a citas cada mensaje, vídeo, tweet, manifestación o acto de Iglesias antes de llegar al Gobierno. Los hay contra la policía, la Guardia Civil, el ejército, el empresario, la enseñanza, la sanidad, contra el rey, contra el PSOE, contra el PP… Hay quienes necesitan el atajo de la violencia y el insulto para darse a conocer.
Los españoles hemos de saber que un tal Zuckerberg, uno de los más ricos del mundo, es quien tiene la vara de medir la verdad y le da un pedazo de ella a una empresa española para decir qué es verdad en España.
Pero, llegado al Gobierno, no puede acetar que un vicepresidente tenga la cobardía moral y la hipocresía de serpiente de aplaudir al Rey en el Parlamento y luego pedir una cacerolada en contra el día de la República. Eso sólo sucede en España, un país ya imaginario en el imaginario del mundo. Esta zafia paradoja de un hombre de modos suaves que esconden intenciones de comando, es el fiel reflejo de una necesidad por ausencia. La necesidad es la del PSOE para gobernar. La ausencia es la del mismo partido por su incapacidad para ganar unas elecciones.
Posiblemente este medio sea uno de los monitorizados por la banda de Marlaska con o sin uniforme o testado por la ciencia única de la única verdad que se le otorga a una empresa, la de Ana Pastor, para decidir que es verdad o que es mentira. Los españoles hemos de saber que un tal Zuckerberg, uno de los más ricos del mundo, es quien tiene la vara de medir la verdad y le da un pedazo de ella a una empresa española para decir qué es verdad en España. Yo pensaba como los filósofos presocráticos que acaso un ser de nobleza perfecta y armoniosa honradez era el adecuado para este menester. Pero hoy es más inútil creer en Dios que creer en Newtral. Un decir que Dios es femenino y se apellida Pastor. Hacer periodismo vigilando sospechando del otro periodismo es un periodismo que excede al propio periodismo y lo convierte en mero policía.
Sospecho estar en lista de espera de esta lista vigilada, pero que no desesperen los que vigilan porque seguiré escribiendo lo que siga pensando. Animo ahora cada lector a ser toro, imprevisible e indomable a no ser que enfrente haya alguien con el talento humano desnudo de prejuicios sobre su propia vida y me convenza de que la muleta es el objeto a seguir. Pero de esos seres tengo información privilegiada sobre su de su extinción. Para armarse de valor y ser toro en tiempos de matadero, animo en estos días a estudiar a esos lejanos que dejaron la semilla de la inteligencia, el talento y la honradez al viento de cada hombre y cada mujer que nacieran. Por ejemplo, Sócrates. Que proponía enseñar la virtud como toda enseñanza hacia el mejor ser humano y la mejor sociedad.
Pero hoy es más inútil creer en Dios que creer en Newtral. Un decir que Dios es femenino y se apellida Pastor.
Pero, de forma objetiva, sin filtros partidista e ideológicos, hoy la virtud es pésimo negocio para la política. La virtud desacredita y descalifica. Se trata de anularla de tal forma que mi promesa de hoy sea justo lo contrario de que lo voy a hacer mañana. Convertir a la mentira en una mera rectificación por interés. Hacer de la verdad un estigma y de la paradoja el triunfo del hipócrita. Os dejo un ejemplo. Ministerio de Transición Ecológica (caramelo a los animalistas votantes). Objetivo: prohibir el toreo. Causa de este objetivo: desastre ecológico de la Dehesa. Esta dialéctica de pirómanos es la que nos toca vivir. Siempre y cuando queramos nosotros. Cada vez soy mas confiado en el toreo, sobre todo cuanto más perseguido sea.
Es un mundo imperfecto, con cierta dosis de cainismo, algo iletrado y quizá con unos mandos incapacitados para el mando, pero en sus interiores hay un mundo natural en donde la virtud aun puede encontrarse en su estado mas puro.
Comentarios
Publicar un comentario