Diario del Estado de Alarma (Día 38): ‘Frank de la Jungla, Ministro de Transición Ecológica’

Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia



Heráclito, uno de esos inservibles llamado filósofo, decía que el equilibrio se basaba en la oposición de los contrarios. Por ejemplo, agua y fuego. Algo de eso debe de haber oído la nueva política gobernante, pues han creado su propio ecosistema sobre opuestos. Ábalos: ‘no me reuní con Delcy, pero si me reuní’. Iglesias: ‘acabemos con los toros y la dehesa pero creemos un Ministerio sobre ecología’. Tezanos: ‘viva la libertad de expresión, pero por qué no regresamos a la censura’. Es decir, que, al mismo tiempo, todo lo anormal debe de ser normal. Todo lo inconstitucional ha de ser constitucional. Todo lo ilegal será, por lógica de contrarios, legal. Viva El Rey y viva la República. O puede que todo sea ya indiferente, porque es inverosímil.

Mientras las ruedas de prensa en conferencia audiovisual no son ruedas de prensa, sino un algo que consiste en que usted pregunta la hora y yo le respondo ‘qué bien me salió la paella’ (recuerdo que las ruedas de prensa se crearon justo para lo contrario), la información trata de resistir a esta oposición sobre contrarios en los que el no es igual al sí y el hecho a la causa. Nos atañe una monumental oposición mental: ¿Cómo construir un Ministerio de Transición Ecológica y, al mismo tiempo, expedir el certificado de defunción de la dehesa prohibiendo los toros? ¿Cómo obviar las ayudas a los ganaderos que sostienen la dehesa, el 27,% del bosque nacional, y hablar de Transición Ecológica?

‘¿Cómo primar la ganadería en extensivo para hacer sostenible un ecosistema y arrojar a los ganaderos de bravo a cambiar a la ganadería intensiva? Pues, sencillamente creando la cuadratura del círculo al hacer de la estupidez un hallazgo intelectual’

¿Cómo primar la ganadería en extensivo para hacer sostenible un ecosistema y arrojar a los ganaderos de bravo a cambiar a la ganadería intensiva? Pues, sencillamente creando la cuadratura del círculo al hacer de la estupidez un hallazgo intelectual. Este hallazgo de la inteligencia envasada en la estupidez no es algo de estos días de peste. No. Hace ya muchos años que los nuevos grupos de llamadas izquierdas -¡Ay, si la izquierda levanta la mano, les da una hostia!- se propusieron terminar con el toreo por aberrante. La aberración se llama tres millones y medio de hectáreas del ecosistema de propiedad privada más eficaz del mundo llamado dehesa dedicadas a la crianza del toro.

Hechas a mano. Con las manos de los hombres y mujeres del campo. Acogiendo al 62% de la biodiversidad de plantas y animales de España. Creando zonas cuyo porcentaje de riesgo de incendio es mínimo. Dehesa que ayuda a fijar la población en las zonas rurales, que tanto vamos a necesitar ahora. Eso que, en otro ejercicio de estupidez camuflada de inteligencia, llaman España Vacía. No. Abandonada. Huida. Fugada. Emigrada. Vacía, una botella. Pues esta inteligencia política ecológica de asfalto, mezclada no se sabe muy bien por qué con las ideas “animalistas”, iniciaron su andadura patrocinando la desaparición del pulmón más importante de Europa en su contenido de ecosistema sostenible.

‘La ecuación no les sale: cambiemos diez toros bravos (extensivo) por cien toros de carne (intensivo) y la Dehesa dura lo que dura la inteligencia en casa del tonto’

La ecuación no les sale: cambiemos diez toros bravos (extensivo) por cien toros de carne (intensivo) y la Dehesa dura lo que dura la inteligencia en casa del tonto. Yo no sé si es que somos tontos sin posibilidad de regreso o es que nuestra capacidad de describir al tonto y señalarlo con el dedo es inexistente. Porque tragar, tragamos con todo. Hombre, un ‘no me reuní con Delcy, pero si me reuní, pero fueron diez minutos que fueron media hora, pero no pisó suelo español porque levitó sobre las aguas del asfalto del aeropuerto’, pues… Tragar con eso ya es tragar en tamaño. Pero que hayamos tragado, España entera, periodistas, políticos, autoridades, grandes y pequeños, listos y tontos, con que la ecología se trata prohibiendo a aquello que sostiene a la ecología es para hacernos pensar hasta qué tamaño podemos tragar aún usando todos los agujeros posibles.

Esta banda de gentes de ciudad que ahora se alarman porque el jabalí pasea delante de su balcón de confinado y porque las urracas en las aceras ya no saben ni volar (miran desafiantes al paso, yéndose pero amenazando con darte una hostia) no hicieron caso de un tipo que, al principio, les caía muy bien, pero que ahora les cae fatal. Frank de la Jungla. Ese hombre de los animales que ha demostrado tener más calidad de trato natural con los animales que los animalistas de las grandes ciudades. Me cuentan que a Frank lo van a nombrar Ministro de Transición Ecológica pero que los de U.P. del Gobierno lo van a rechazar por Fascista. Pero como lo sometan a votación, gana. Yo lo voto seguro. Hay gente que sabe que las cagadas de las vacas en la ciudad deben de oler una barbaridad.

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