Diario del Estado de Alarma (Día 31): ‘Inventando un miedo que no daba miedo’

Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia



Se sentó donde cabe, al otro lado de la ventana, prisionera de su propio espacio. Como buscando consuelo entre los árboles. De repente la vida le dio una sacudida, alteró su mente, la puso en la frontera del miedo, le llenó el alma de dudas, le entró la peste de la impotencia y la miseria de la desesperanza. Tantos días, meses y años preparándose para la vida, para el laboro, y ahora quién sabe qué es la vida y el laboro. Tantos días preparando el Gran Día, sin que sepa ahora en qué consiste lo que viene, futuro que la Universidad no muestra. ¿Es mi hija? Podría ser la tuya. Podría ser Diego San Román o Tomás Rufo en el año de su Gran Día, que resultó ser año de la peste.

Una vez, cuando la crisis del 2008, escribí que habíamos creado una generación fugada. Que nos habíamos partido los huesos y deshidratado las gotas de sudor para que los hijos tuvieran que fugarse al terminar su cara formación. Eso, o condenarlos a un país de ficción en donde toda libertad absoluta y todo progreso como absoluto, como es el toreo y sólo el toreo, o no interesa o es perseguido. Ya causaba lástima saber que habrían de fugarse en contra de su voluntad hacia “otros mercados”. Una fuga de la generación mejor preparada de este país. Ahora los siguientes en haberse sacrificado les ofrecemos incertidumbre, dudas, una fuente de desamparo que afecta a sus mentes aún tiernas y desprovistas de fe.

‘Son la generación, los que terminan sus estudios, los que han de tomar la alternativa, los encargados de ser la generación que bregue en un mundo que ellos jamás crearon ni para el que nunca fueron educados. Les dotamos de medios para sueños que ahora les negamos’

Ahí en la ventana, ahí Diego, Tomás, ahí todos los que habían esperado a este 2020 como el Gran Día de todos sus días. Ahí se masculla el reposo absoluto de los sueños, lo más insoportable que pueda sucederle a un ser humano. Reposo de la pasión. Reposar las quimeras. No creo que ni el toreo ni cada padre pueda dar un tantito de alivio a esa generación. Todo rima en el reposo absoluto: el toro de edad en reposo, el novillero, en reposo, el que acaba la universidad en reposo, el torero de alternativa reciente en reposo. Se llama desamparo, impotencia, inseguridad.

Les hemos descubierto un tipo de miedo que no existía. El Miedo a que no llegue el día en el que se ha de tener miedo.

Dentro de esta esperanza que siempre tendré por la especie humana, a veces a pesar de ella misma y reforzada por haber mamado de la teta de la sub-especie del toreo, no sé bien como aliviar. De qué forma amparar el desamparo o dar fortaleza frente a la impotencia. Son la generación, los que terminan sus estudios, los que han de tomar la alternativa, los encargados de ser la generación que bregue en un mundo que ellos jamás crearon ni para el que nunca fueron educados. Les dotamos de medios para sueños que ahora les negamos. Pero han de tener fe en ellos mismos porque de ellos depende que hagan un mundo del toro mejor y un mundo social mejor.

‘Creamos un mecanismo que ahora les falla, luego esa mecánica era falsa como un Judas. Posiblemente ellos la mejoren, ellos ahora la reinventen, la cambien. Posiblemente los que esperaban su Gran Día este año de luces hagan una Fiesta más social, más humana, más apegada a la gente aún, más de su generación’

La generación de los padres construimos una sociedad sin rebeldía frente a quienes, desde cualquier parte, un despacho, un Parlamento, un poder, una contratación, una crítica, forzaron al sometimiento de una disciplina de la que salieron estos rehenes. Creamos un mecanismo que ahora les falla, luego esa mecánica era falsa como un Judas. Posiblemente ellos la mejoren, ellos ahora la reinventen, la cambien. Posiblemente los que esperaban su Gran Día este año de luces hagan una Fiesta más social, más humana, más apegada a la gente aún, más de su generación. Eso les toca a los San Román y compañía, a los Álvaro Lorenzo, Tellez, Ginés, Toñete … y toda la lista de recién salidos, cada cual a su forma. Una Fiesta nueva para un mundo nuevo que no tiene libro de instrucciones.

Con una experiencia, no nuestra, sino de ellos. Porque este presente les hará madurar de golpe y todo de una vez. Vigilad a los líderes de la especie humana, cosa que no hicimos nosotros y en el toreo, el que llegue sea el más talentoso y solidario, igual que en la vida. Huir de todo estereotipo institucional, del toreo, de las administraciones, de la política que han expandido una contaminación tal que ahora nadie tiene la pócima para vuestra impotencia. Ya veis la respuesta de nuestros líderes. En el toreo, la mayoría de las figuras sólo esperando a hacer el paseíllo como gran muestra de implicación social. En la sociedad, el progresismo como miseria en menú para todos. Os ha tocado. Perdón y fuerza. Ánimo. No queda otra. Y será grandioso.

P.D. El toreo es vuestro y la España que venga es vuestra.

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