Diario del Estado de Alarma (Día 95): ‘Rogando por un acuerdo’



Análisis de la situación actual y de la Tauromaquia.



Siempre que hay talento, la distancia más próxima o cercana entre dos pensamientos es el desencuentro. Si hay talento. Y el talento en cualquier desencuentro, es poner a las personas por delante de las ideas. Que ninguna opinión contraria separe a las personas. Eso necesita el toreo ahora en su esqueleto interno: toreros de todo tipo, ganaderos, empresarios, público. No puedo creer que exista una distancia kilométrica entre las ideas de cada colectivo que forma parte del toreo como para que no exista una solución, un acuerdo, coyuntural o estructural, que deje descontentos a todos, pero deje feliz a la Tauromaquia. Y la Tauromaquia son las personas. No cada gremio.

Que el toreo necesita una reestructuración de su economía en gastos, y otra en sus ingresos, es absolutamente cierto. Y, además, una certeza en la que todos están de acuerdo. Lo que tiene desencontrados a empresarios, toreros y ganaderos son las medidas que hay que tomar. Quién ha de rebajar, cuánto, dónde, cómo. Escuchados uno a uno, en conversaciones de estos días, todos tienen una argumentación cierta para sus ideas o métodos. Todos son todos. Pero un acuerdo consiste, justamente, en firmar aquello que he tenido que ceder, no en lo que he logrado conseguir.

‘Es el momento obligado de que nadie quede contento en un acuerdo que es necesario, vital. Pero que haya acuerdo’

Los costes del toreo son, actualmente, los que son. Los ajenos a los “pagos” del toreo son muy altos. Mucho. Inviables. Posiblemente la partida de costes de arrendamiento haya sido, en los últimos veinte años, una de las causas de nuestra crisis económica. Madrid es un ejemplo: está pagando lo que no puede ni debe pagar. Sevilla es otro ejemplo: está pagando lo que ni puede ni debe pagar. Ni pueden ni deben porque su balance final no genera riqueza. Paga buenos sueldos, pero no genera nada más. Generar para invertir.

Los Sanfermines están pésimamente “repartidos”. Al toreo no le llega lo que le corresponde después de haber generado un dineral en las arcas de la ciudad. No se pide un atraco. Se pide lo justo, una parte justa de lo que se genera. Hablo de esas tres plazas en donde los públicos aún responden con su compra en taquilla. Plazas singulares respecto al toreo en sí, que anda peor en otros lugares, pero lugares en donde aún hay margen justo para lograr beneficios si el reparto fuera lógico.

‘Un acuerdo consiste, justamente, en firmar aquello que he tenido que ceder, no en lo que he logrado conseguir

Pero plazas en donde la propiedad de la plaza y, en el caso de Pamplona, el Ayuntamiento, deben de dejar más dinero en las arcas del toreo. Porque no se trata sólo de apretarse, que eso es evidente, sino, al mismo tiempo, intentar otros ingresos que corresponden al toreo. Hay plazas que, liberadas de la usura del propietario, podrían pagar mejor a todos, cuestión que matizaría el hecho de ingresar menos allí donde no hay dinero. Usando la ley que dice el ministro Uribes, los arrendamientos ajustados a “lo cultural” serían un inmenso ahorro para el toreo.

Porque muchas plazas han estado anunciando festejos con un déficit grande, por imperativo del pliego. Ciudades o pueblos que no sostienen una oferta de varios festejos, los celebran porque lo pide el pliego. Estas cuestiones son absolutamente esenciales a la hora de reestructurar: podar para crecer suele ser una buena obra de jardinería.

‘No creo que haya una distancia kilométrica entre el interés de unos y de otros. Todos heridos y ninguno muerto debería de ser el texto de lo firmado’

Los costes “de dentro” también están mal ajustados. No ahora, desde hace tiempo. Lo que se genera en taquilla en novilladas y corridas modestas no da para pagar lo estipulado por convenio en muchos sitios y tipos de festejos. Ojo, no sólo el dinero de los convenios, sino la suma de todos los costes. En otros lugares tampoco da para los honorarios de los toreros de la parte alta del escalafón. La única verdad es la taquilla. Una taquilla con luz y taquígrafos debería de servir para que cada cual aceptara su responsabilidad económica.

Nadie quiere rebajarse sobre lo ya rebajado. Lógico. Pero lo cierto es que aquí corren peligro desde los festejos de base, novilladas, incluso becerradas, como las corridas. No creo que el sector sea capaz de lograr algún dinero en los PGE. Se están confeccionando con la misma dotación: 65.000 euros. Si no viene la ayuda, si la taquilla es la que es. Es el momento obligado de que nadie quede contento en un acuerdo que es necesario, vital. Pero que haya acuerdo. Y no creo que haya una distancia kilométrica entre el interés de unos y de otros. Todos heridos y ninguno muerto debería de ser el texto de lo firmado.

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