Diario del Estado de Alarma (Día 86): ‘Se busca cocodrilo castrado natural de la zona’




Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia.



Se busca cocodrilo en el río Duero. Sobre un metro o metro y medio de longitud. A la altura de Pesqueruela, en la afluencia de los ríos Pisuerga y Duero, más o menos en Simancas, cerca de donde se producía el bestialismo del Toro de la Vega. A estas alturas nadie confirma o desmiente si es bulo o aproximación al bulo. E ese respecto, la autoridad, el alcalde de Simancas, hace lo que toda autoridad hace cuando pasa esto. No me refiero a lo del cocodrilo, que también. Digo que hace lo que hacen cuando se les pregunta: se ponen solemnes y afectados y dicen gilipolleces. El alcalde ni desmintió ni afirmó lo del cocodrilo, y demostró su imperial conocimiento de la ecología local al decir que era un animal ‘no habitual en la zona’. Vamos, que podría ser cocodrilo, Echenique en piragua, Cristo sobre las aguas o un rinoceronte buscando pareja para bailar el Bolero de Algodre.

‘Lo habitual en la vega de Tordesillas era su toro. Pero es maltrato. Un cocodrilo natural del Nilo en un pueblo de Zamora o un perro pastor sin genitales en el centro de Madrid no es maltrato’

Es cocodrilo, contrastado. Como es pareja de hurones la que pasea en correa una dama en mi parque, como es un pastor alemán la mascota macho castrada que deja por dejar su orín sin celo en una esquina. Todo, como dice el buen alcalde de Simancas, un algo ‘no habitual en la zona’. Lo habitual en la vega de Tordesillas era su toro. Pero es maltrato. Un cocodrilo natural del Nilo en un pueblo de Zamora o un perro pastor sin genitales en el centro de Madrid no es maltrato. No sólo no lo es, sino que vamos a hacer una Ley de Bienestar animal no para impedir que se extraditen cocodrilos de su medio ambiente ni para prohibir castrar a ese perro pastor. Se hará una ley que diga cómo castrarlo y cómo pasear el cocodrilo. Hacerlo de forma que el mal trato quede convertido en el buen trato que una sociedad avanzada da al animal.

Hay una hipocresía reconvertida en una moral fiable y en una ética humano/animalista que consiste es desnaturalizar al animal de tal forma que el hombre o amo puede tratarlo con la docilidad del animal de compañía. Dotal al animal de una anti-naturalidad que quepa en unos ochenta metros cuadrados, comenzando por restarle la animalidad básica que son sus genitales y, con ellos, su animalidad natural de procreación, con lo que esto conlleva. Un manejo complicado en un piso de ciudad, en un parque, en un paseo. La hipocresía llamada bienestar animal no es tal sino bienestar humano, que es distinto. El animalismo legal progresista es la idea política de la sumisión total del animal al hombre a través de su desnaturalización.

Sería del todo imposible que doce millones de perros en las ciudades convivieran entre sí y con el ser humano si no son castrados. Convertirlos en eunucos vivientes es la única forma de darles una docilidad afín y a modo del trato que el humano quiere de ellos. Eliminar la herramienta natural de la genética natural de un ser vivo a través de la castración es la única y básica fórmula que doma, modifica, somete a la genética de un perro o de un gato. ¿Quién es el ser humano para tomar esa decisión que la naturaleza, desde sus orígenes, jamás tomó? Nadie y todo. No es nadie si aceptamos que castrar a un ser vivo no puede tener la coartada de su bienestar. Todo cuando el ser humano convierte a su antojo un maltrato brutal en un buen trato para su fin.

‘Las leyes mas avanzadas en ese bienestar animal no las redacto democracia alguna sino los estados del III Reich y la URSS de Stalin. Guste o no, esa es la realidad. España tendrá pronto una Ley de Bienestar Animal

Y esta perversión del mal trato en buen trato no es un algo asilado socialmente. Para que la castración y la desnaturalización animal sea una cuestión rutinaria que no cuestione una ética natural o de derechos de los animales, se ha fabricado una sociedad urbanita a espaldas de lo natural en donde todo ser vivo o casi todo ser vivo que es lo que dice que es el alcalde de Simancas, un ‘no habitual en la zona’, se convierta en lo contrario. En un ‘habitual en la zona’. Un perro sin sus partes es un ‘habitual en la zona’. Y añado una cuestión nada humorística sino aberrante y vergonzosamente hipócrita. Se votó hace poco en el Congreso la prohibición de que se les cortara la cola, el rabo, a las razas determinadas a las que el ser humano les practicaba este método. Pero nadie hizo alusión a que a esos animales ya se les cortaba el otro rabo, el rabo de sus genitales, con todo y sin parte. Castrar es bienestar, cortar la cola es maltrato animal.

El animalismo forma parte de una ideología urbanita parida y diseñada por la izquierda más rancia y populista, una copia y pega en normativa de las normativas ‘animalistas‘ de los totalitarismos de los tiempos de Stalin o Hitler. Cuando se afirma esto, las huestes bienes aristas montan en cólera, pero la historia es de todos y no opina: las leyes mas avanzadas en ese bienestar animal no las redacto democracia alguna sino los estados del III Reich y la URSS de Stalin. Guste o no, esa es la realidad. España tendrá pronto una Ley de Bienestar Animal. Esa que hace que el Toro de la Vega y la Tauromaquia sean animales ‘no habituales en la zona’ y lo que baje por cada río, pasee por cada parque, forme parte de la ‘nueva normalidad’ de una sociedad que sólo trata de dominar, someter, ser macho alfa de cualquier otra especie animal luego de haberle practicado el noble arte de la sumisión genética con su castración.

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