Diario del Estado de Alarma (Día 7) Miedo

Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia



Hemos sido justo lo que ahora son todos, prisioneros  inocentes al azar de un secuestro sin juicio. Qué nos van a hablar a nosotros de ir a una plaza de toros y sentirse insultado, aislado, expulsado, señalado como apestado. Nosotros podemos escribirle a las gentes un guión de subsistencia en la cuarentena. Hubo un cordón sanitario consentido. Pretendieron asilarnos como a un virus. Sentirnos inferiores en moral, ética, cultura. Sin embargo, puede que hayamos podido sentirnos solos, pero como decía Octavio Paz, sentirse solo no es sentirse inferior, sino distinto.
Lo más importante de nosotros, la gente de la Tauromaquia, no es nuestra cultura, inculta tantas veces, sino la expresión real de que el aislamiento impuesto contra nosotros en medios y en leyes y calles, ha hecho cierto que somos, de verdad, distintos. Porque estamos solos. Jamás me sentí inferior a nadie de mi ecosistema, ni creo que Paula sea menos que Picasso o que Gallito no pueda codearse con el arte de Velázquez. Un aficionado cabal a los toros tiene la sensibilidad más latente que uno de la ópera. Si nos sintiéramos inferiores, tendríamos miedo de estar solos. Y entonces la tierra nos habría tragado y el toreo tiene mas historia y vida que dos tercios de las naciones del mundo. 
Jamás me sentí inferior a nadie de mi ecosistema, ni creo que Paula sea menos que Picasso o que Gallito no pueda codearse con el arte de Velázquez. Un aficionado cabal a los toros tiene la sensibilidad mas latente que uno de la ópera
Miedo. Tenerlo o no tenerlo. Esa es la cuestión. ¿Pero, qué pueblo errante más que el toreo ha tenido más amenazas de muerte que otro?. Si. Hemos convivido con el temor de desaparecer. Por eso hemos sabido vivir y gastar la vida cuando nos diera por gastarla. Y a los toreros, jugársela. Kafka sobre el miedo dijo que quien tiene miedo de morir es porque no ha vivido. En el toreo hemos vivido y han vivido del carajo y seguirán viviendo del carajo. Traduciendo la palabra carajo por a nuestro aire, a un cara o cruz, a un viva la vida aunque me muera. Un torero: aunque la vida me mate, viva lo que me mata.
Miedo. No es malo tenerlo. Pero que no nos dé hambre de miedo, ansiedad de miedo, necesidad de miedo. Eso congela a una verónica, eso frustra el mejor de los naturales. Dijo Galeano que el hambre desayuna miedo. Yo creo que es el miedo  el que, históricamente, se comió al hombre. Respirar, te contaminas. Sexo, sida. Fumar, cáncer. Beber, cirrosis. Viajas, terrorismo. Ahora, abrazas, contaminas. Me gustaría poder decir que cada cual haga de su miedo un sayo, pero no toca. Toca soledad. Pero que nos gane el miedo.  Yo he visto a toreros con náuseas en el patio de cuadrillas y, al rato, parecer Poseidón en medio de una tormenta mayúscula.
Tengamos miedo incluso ahora o sobre todo ahora. Pero que se sepa que el miedo es más tarde. Ningún niño nació con miedo. Sencillamente, nació. Sucede que, nada mas nacer creamos a su alrededor miedo al infierno, miedo a la enfermedad, miedo a la soledad, miedo y más miedo. Todo es temor alrededor. Pero nosotros ya sabemos que es tener miedo a no ser. En Cataluña se perpetró hace poco el mayor genocidio cultural y de libertad de la historia de la democracia en España…¿nos van a decir que es el miedo?.
Esa sangre de Pepe Luis Vargas saliendo de su pierna hacia arriba y cayendo en su rostro,…¿nos van a decir qué es miedo a nosotros?
Esa sangre de Pepe Luis Vargas saliendo de su pierna hacia arriba y cayendo en su rostro,…¿nos van a decir qué es miedo a nosotros? Por esa razón hemos quemado la vida cada día y hemos vivido tan vivido que vivir para nosotros, los de este lado de la cultura del toro, es crear. Y hacer que otros puedan crear. Y sentir. Y sacar lo mas natural del ser humano y, amando a la vida como ninguno, hacer que la vida no se venga arriba del todo y nos amargue la vida para ser sanitarios de nosotros mismos por miedo a perderla. A la vida hay que cabrearla de vez en cuando una noche y con vino y esas cosas.
Y que sabe del miedo, de la vida y de  soledad el animalismo. Dónde está ahora. Qué fue de su bienestar. Ahí congeladas en la vergüenza de su soberbia inculta  queda una Secretaría de Bienestar Animal para el descrédito de tantos y el antojo de su propio miedo. El bienestar animal, entre otras cosas, es el laboratorio con animales para las vacunas. Esa es la vida, animalistas. ¿Dónde están? Tan inútiles, tan populistas, tan mentira. Ellos tiene miedo porque este virus se llevará por delante a lo más débil. Y no hay nada mas débil que una mentira. Entonces, que sea la mentira quien tenga miedo.

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