Diario del Estado de Alarma (Día 3) Érase una vez una arroba (no una @)
Análisis de la situación nacional y de la Tauromaquia
Érase una vez una arroba. Comienzo como El Quijote sin que vaya a escribirlo. No me da para tanto y escribir literatura va contra las indicaciones “sanitarias” de los editores. Escribe hoy Cervantes y se muere de hambre, porque lo que mola hoy es escribir con una arroba por delante. Pero que quede claro una cosa. La arroba es invento español y no de Microsoft, a ver si se os enteráis. Viene del árabe ar-rub y es medida de masa, significa “la cuarta parte” o unos 11 kilos con trescientos gramos. Se usaba para pesar en el campo productos agrícolas y, además, como la gente del campo es avanzada, su medida respecto al kilo era distinta según zonas agrarias de comunidades. Es decir, que el campo inventó las Autonomías antes que Puigdemont.
Dicho esto, una arroba de euros presuntamente el Rey Emérito se la regaló a una tal Corina, asunto revelado ahora, presuntamente porque en España tenemos sentido del humor, que a veces es el mejor sentido del honor, y si hay coronavirus porque no ha de haber Corina Virus. Vulgar juego de palabras de humor gris para hacer sonreir o que se cisquen en servidor, que todo vale. Pero no me digan que no somos un país de la leche, expresión versátil en sus antípodas pues puede significar algo muy bueno y muy malo. Como la leche en si. La leche puede subir el precio según Mercadona, que como se sabe, es el banco de alimentos oficial del país en cuarentena, aunque pagado por cada bolsillo. No salgamos a los balcones a aplaudir a Mercadona, sólo a las cajeras y cajeros que se juegan “el bicho” por apenas mil euros al mes. Quede claro.
Si hay coronavirus porque no ha de haber Corina Virus. Vulgar juego de palabras de humor gris para hacer sonreir o que se cisquen en servidor, que todo vale
En el tercer día los toreros andan recluidos. A los que la inmovilidad les pilló en la ciudad, los menos “pudientes” no pueden ni ir a la Casa de Campo, que está en Madrid, a “hacerse un toro”. Los pudientes andan en el campo, que no tiene puertas ni virus. Insisto en esta cuestión. De todas formas, las vacas por tentar pueden esperar, aunque el campo no se detiene y se tienta. Hoy se reúnen por video conferencia los empresarios de ANOET y Sevilla ya ha informado de que la Feria de Abril pasa a Septiembre. Un país que no se reinventa no tiene remedio y este lo tiene aunque sigamos siendo un país de la leche en el que un vicepresidente, Pablo Iglesias, se salta su aislamiento pregonado para todos para ir a trabajar. Bueno, a trabajar…Tiene mérito, no crean. En un chalet de Galapagar se aísla uno muy bien. Una familia aislada en setenta metros útiles con perro y gato es un retrato heroico.
Voy a seguir razonando en medio de la inmovilidad física. Que dispara la movilidad mental. En mis notas de reportajes encuentro dos datos: 35.000 seres humanos “censados” sin techo en España. 13.000.000 de mascotas. Sobre estos datos pienso para haceros pensar.
Pablo Iglesias, se salta su aislamiento pregonado para todos para ir a trabajar. Bueno, a trabajar… En un chalet de Galapagar se aísla uno muy bien. Una familia aislada en setenta metros útiles con perro y gato es un retrato heroico.
Resulta que ahora somos héroes si nos lavamos las manos, si nos quedamos en casa y si tosemos si expulsar hacia delante lo tosido. O sea, que, de golpe, hemos creado el sectarismo a 35.000 seres humanos que no tienen casa ni techo ni cabaña, a los que les han cerrado los parques y que saben que hacer con ellos. No tienen para lavarse las manos. No existen en España perros vagabundos. Hombres y mujeres vagabundos, a puñados. A los trece millones de mascotas se les permite que un humano les saque a hacer sus cacas y estirar sus cuerpos. Pues ya me diréis que estado y que alarma es la que contabiliza 13.000.000 millones de paseos diarios, que, si son dos, resultan ser 26 millones de paseos por las calles. Hay que sacarlos, claro, animalitos. La cuestión está en pensar que hemos hecho para necesitar a 13 millones de mascotas, cifra superior a españoles entre uno y quince años. Este mi país es la leche. No hace tanto esto del Covid19 era un mata viejos que ya no valían para nada, un nada comparado con la gripe. Y, un día al encender la luz por la mañana, la cosa era radicalmente distinta.
Pero este mi país, cuando le da por remar a compás, cuidado. Cuando sus dirigentes se ponen a sus órdenes y no al revés, cuidadito con España. Siempre nos hemos crecido al castigo, siempre hemos sabido ir a más y siempre, al menos la gente del toro, cuando el miedo llegaba, le pegamos una larga y acabamos haciéndole el teléfono. Cuando se necesita a España y se la llama, España responde. Porque siempre está. La joden aquí y allí esos idiotas con sus pueblerinos y catetos nacionalismos y le dan chance la progresía de la leche. Pero España está. Vamos que si está.
Y, recordad, la gente del toro es más la leche que ninguna. Somos más España que nadie en el sentido más humano, más solidario, más sacrificado y más histórico cultural que nadie. Cuando las cosas van de la mierda, sale el toreo que somos, el toro que somos, el campo que somos. Tiran de esos valores. Si somos inteligentes, los mensajes del toreo mandan sin puntilla al tiro de mulillas a ese coronavirus de mierda. En peores o iguales plazas hemos toreado.
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