Juan Bautista y Nîmes, 18 años de idilio


Arles vió nacer al hombre, Nîmes vió nacer al torero. La carrera de Juan Bautista empezó de verdad ahí, bajo la cubierta del anfiteatro gardeño, durante el invierno de 1999.
El indulto de Tanguisto emocionó al maestro Ortega Cano que dejó caer lágrimas y puso pendiente a todo el planeta taurino.
El « jovencísimo Jalabert » llegó a ser « Juan Bautista ». Cuatro meses más tarde, Madrid le abrió la Puerta Grande. Nîmes, Madrid : dos capitales taurinas acabaron de consagrarle como Príncipe de los novilleros.
Madrid, Nîmes : su ciudad de Arles aparte, es en estas dos plazas de toros donde hoy día se siente mejor. Donde está a gusto. Donde mejor sabe ser él. Donde consigue mejor diluir en su arte depurado el peso de la responsabilidad de torear ahí o allí. En estas dos historias de amor, Nîmes es sin duda la más llamativa.
Lo que son las estadísticas : tras el indulto de Tanguisto, Juan Bautista hizo 31 paseíllos, cortó 51 orejas, 2 rabos y salió 11 veces por la Puerta de los Cónsules. Los sabores de su faena al toro Catavino de José Vázquez, en 2008, permanecen en el paladar de los aficionados.
¿ Y qué decir de la obra maestra creada durante el pasado mes de septiembre entre los pitones del toro Soleares de Victoriano del Río ?
Nunca Juan Bautista había toreado con tanta suavidad, inspiración y tantos sentimientos. Resultado : dos orejas y el rabo, y una cuarta Puerta de los Cónsules consecutiva. Para el reencuentro entre el público nimeño y el matador arlesiano, se necesitaba un acontecimiento a la altura de los lazos que les unen desde ahora.
Con motivo del cuarenta aniversario de la alternativa de Nimeño II que tanto admiraba, tenía Juan Bautista que estar sólo para hacer el paseíllo, el día 4 de junio de 2017, para escribir en la arena las próximas páginas de esta larga historia de amor.

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