Diego Urdiales: "Siempre está la ilusión de que un toro embista, que la gente esté bien y que el viento no se te lleve"
Con calma. Así se toma Diego Urdiales los días previos a este "acontecimiento histórico" que sólo algunos afortunados vamos a poder ver. El honor de un torero al poder torear junto a otro de su misma raza y casta. De pureza y calidad. De dominio y poderío. En fin, los Genios y sus cosas...
Bienvenido, Diego. Bienvenido una vez más a Madrid. Bienvenido sea el gusto. El desgarro. Demos la bienvenida a la calidad. A la pureza: Bienvenido, Diego Urdiales.
Que sea bienvenido ese mano a mano. De verdad, que lo sea. Porque no parece que vaya ser un combate de boxeo como algunos que hemos presenciado en Madrid. Demos la bienvenida a este, que puede que sea un acontecimiento histórico. Que sea bienvenido ese 2 de mayo. A la lucha de poder a poder. Y que se haga el silencio. “Las sensaciones son buenas, de responsabilidad e ilusión. Todo lo que conlleva una tarde de torear en Madrid y un día tan especial.”
La calma. Bendita sea la calma en ocasiones. En la vida y en el toreo, siempre despacio y con calma. Sobre todo cuando se da un acontecimiento histórico como este. Al que yo ya he catalogado como “histórico”. No se trata de una corrida de expectación y decepción, créanme. Porque aunque algunos digan que ya está todo inventado en este tipo de festejos, hay toreros que tienen esa cosa que va un poquito más allá y que siguen sorprendiendo. Esos tienen nombre y apellidos. Aunque yo prefiera llamarlos “bichos” del toreo. Así que sí, es necesario un chute de calma. Es necesario un cóctel de asimilación, de tranquilidad y entereza. De sabiduría si cabe. De mentalizarse. Mentalizarse porque Madrid lo espera. :“Estoy entrenando y preparándome con ilusión y bueno, pues con tranquilidad en cuanto a que uno quiere buscar la calma”.
Con calma o aparentando tenerla se va uno a Madrid. Y como siempre digo: Madrid es una plaza de puntos y aparte o puntos finales. Diego Urdiales siempre le gustó eso de “los puntos suspensivos”, sin guiones. “Puntos suspensivos” que obligan a volverlo a ver en Madrid. Porque sí. Porque siempre cumple. Y es que, no todos los que torean en Madrid saben lo que es Madrid. Mentalizarse para torear en la capital del toreo es más difícil incluso. Así que, dejemos que la sabiduría hable: “Mentalmente cuesta mucho. Porque son muchos los inconvenientes y bueno, es mucha la dureza que hay hasta que llega el momento, por todas las circunstancias que sabemos. Mentalmente es muy duro pero siempre está la ilusión de que un toro embista, que la gente esté bien y que el viento no se te lleve”.
Distintos hierros, distinta filosofía. Distintas formas de embestir. Distinto concepto. Distinto camino. Distinto triunfo. Distinto silencio. Distintos “olés”. Distinta ovación. Distinta definición para Urdiales: “De temperamento” Victoriano Del Río. “De calidad y clase” José Vázquez y “de incógnita” los de Domecq.
Distintos hierros, distinta filosofía. Distintas formas de embestir. Distinto concepto. Distinto camino. Distinto triunfo. Distinto silencio. Distintos “olés”. Distinta ovación. Distinta definición para Urdiales: “De temperamento” Victoriano Del Río. “De calidad y clase” José Vázquez y “de incógnita” los de Domecq.
Otro 6 de junio les vamos a volver a ver. Pero queda mucho para eso. Con los de Victorino va a ser. Anunciados de nuevo, para mi dicha. Y no sólo yo estoy a favor de juntar a estos dos “de otro planeta”: “Paco es un torero al que admiro mucho y ahora está en un momento extraordinario, además es muy del gusto de Madrid. Somos dos toreros queridos en Madrid. El estar junto a él es un honor”.
El toreo es como la vida misma. A veces complicada. A veces satisfactoria. A veces sales por la puerta grande. Otras por la de enfermería. En otras ocaciones con el viento a favor. Otras en contra. En ocasiones se dan tardes para el recuerdo. Otras para el olvido. A veces y solo a veces en ocasiones. La temporada de Diego Urdiales arranca así, de “a veces”. “La temporada comienza la verdad de agridulces, porque he toreado dos corridas. Una he disfrutado mucho y en la otra no me han embestido pero vamos…la sensaciones son muy bonitas”.
Pero que más da Diego. Qué más me da. Que pase lo que tenga que pasar. Mientras tanto, sé bienvenido.
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