Tercer encierro de San Fermín: un huracán recorre Pamplona
Un encierro con un solo toro. Una carrera en la que los miles de personas que estaban en el recorrido del encierro, los cientos de corredores que saben lo que se hacen, sólo han tenido un toro para intentar demostrar sus facultades. Pero qué toro. Su nombre es Huracán, del Puerto de San Lorenzo , castaño, y en solitario prácticamente todo el recorrido ha tomado las calles mojadas de la capital navarra y ha dejado una carrera estratosférica, alrededor de dos minutos.
En este tercer encierro de los sanfermines ha habido unos pagafantas, con nombres y apellidos: los habituales de la Cuesta de Santo Domingo. Pobrecillos. Prepararte para la carrera, madrugar, pasar nervios y miedo a toneladas para nada... ¿Por qué no ha habido encierro en Santo Domingo? Habría que preguntar a quien ha tomado la decisión de aumentar la parada de cabestros. Hasta nueve arropando a los toros, rodeándolos por todos lados y encabezando la carrera. Uno no se la juega para correr delante de bueyes.
Pero Huracán ha decidido romper la monotonía. En plena cuesta, ha decidido tomar la delantera, iniciar una carrera endiablada en la que ha buscado los pantalones blancos, las camisas, las camisetas multicolor de los chicos y chicas que se ponían a su alcance. Así ha arrollado a un corredor en el Ayuntamiento, ha estado a punto de llevarse por delante a otro en la curva y en la Estafeta ha impuesto su ley. Posiblemente, las mejores carreras de estos sanfermines. Nada de trote fuerte a cinco centímetros de las astas ante un morlaco embobado que no sabe lo que tiene delante. Huracán buscaba, se ha hecho un hueco de respeto a su alrededor y lanzaba miradas y cornadas a su lado diestro, principalmente.
Con cada tranco dejaba atrás a un puñado de corredores. Y donde ponía el ojo ponía el pitón. Buscaba con saña incluso, y si no se ha llevado por delante a varios mozos a lo largo de la Estafeta ha sido por la pericia de estos, por la capacidad de retirar la pierna una décima de segundo antes de que el asta los prendiera. Algunos prácticamente recortaban la embestida en plena carrera.
El tropiezo de un joven ha frenado la carrera del castaño del Puerto de San Lorenzo, en su afán por embestirlo ha perdido los cuartos delanteros. Esto ha ocurrido ya en el tramo de Telefónica, muy cerca del callejón de la plaza, donde ha cogido a uno de los corredores habituales del último tramo. No ha habido cornada. Pese a estos últimos incidentes, Huracán ha pisado la arena en dos minutos. Un tiempazo.
¿Y por detrás? Nada. O casi nada. Una manada demasiado arropada por los cabestros y muy pocas posibilidades de buscar las astas de los toros negros del Puerto, muy correctos de presentación.
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