Maestría de Antonio Telles en el 125 aniversario de la plaza de toros de Campo Pequeno
Se lidiaron reses de distintas ganaderías para Joao Moura, Antonio Ribeiro Telles y Luis Rouxinol.
El décimo festejo del Abono de Campo Pequeno, excepcionalmente
celebrado en viernes para coincidir con la fecha de los 125 años del
histórico coso, transcurrió en ambiente de lujo con una plaza
engalanada, una brillante exhibición de la Charanga a caballo de la
Guardia Nacional y algunos momentos dedicados al Fado, la canción
nacional. A pesar de ser transmitida en canal abierto por TVI, la
corrida hizo que se agotara el papel.
Más brillante aún fue el toreo de alto lujo desarrollado en el ruedo por el maestro Antonio Ribeiro Telles quien, a los 34 años de alternativa, no se limita a dar muestras de una sólida madurez sino que sigue creciendo -siempre fiel a su concepto clásico del toreo- añadiendo emoción a las faenas ecuestres que rozan la perfección. Muy bien frente al segundo, un toro cumplidor de David Ribeiro Telles, ejecutó después con el bravo Palha, salido en quinto lugar, una auténtica sinfonía del toreo eterno: cites de frente, suertes ejecutadas con regusto y rematadas al estribo, en un ambiente de justificada apoteosis.
El maestro Joao Moura rubricó una buena lidia en el toro de Vinhas que rompió plaza, manejable pero con escasa transmisión. El eterno Niño alardeó de su sabiduría al elegir los terrenos adecuados en cada suerte, clavando con acierto y conectando en todo momento con el público. El cuarto, de Murteira, tenia poca transmisión aunque tampoco Moura anduvo muy inspirado, cuajando una faena de largo metraje pero de escasa brillantez.
El tercero toro de la ganadería de Oliveiras, era un manso de libro que no dio casi opciones. Luis Rouxinol le planteó una faena aguerrida hasta colocar algunas banderillas estimables. Vino a por todas y ante el codicioso Pasanha que cerró plaza, construyó una lidia muy meritoria, sin fisuras, maciza, emocionante y de verdad, que levantó el público de sus asientos. Además, clavó un estupendo par a dos manos en los medios.
Igualmente, hubo mucha emoción en las valientes actuaciones de los dos grupos de forcados amadores -de Montemor y de Lisboa- que por virtud de su apurada técnica realizaron bellas pegas de cara.
Lisboa (Portugal), viernes 18 de agosto de 2017. Toros de diversas ganaderías siendo el de Vinhas, manejable; el de David Ribeiro Telles, cumplió; el de Oliveiras, manso; el de Murteira Grave, noble pero sin transmisión; el de Palha, bravo; el de Passanha, codicioso. Joao Moura, vuelta y silencio; Antonio Ribeiro Telles, vuelta y dos vueltas; Luis Rouxinol, saludos y vuelta. Entrada: Lleno con cartel de “No hay Billetes”. Antes de iniciarse el festejo, hubo una exhibición de la Charanga de la Guardia Nacional Republicana y momentos de fado, con Camané e Nathalie. Se celebró el aniversario los 125 del coso portugués.
Más brillante aún fue el toreo de alto lujo desarrollado en el ruedo por el maestro Antonio Ribeiro Telles quien, a los 34 años de alternativa, no se limita a dar muestras de una sólida madurez sino que sigue creciendo -siempre fiel a su concepto clásico del toreo- añadiendo emoción a las faenas ecuestres que rozan la perfección. Muy bien frente al segundo, un toro cumplidor de David Ribeiro Telles, ejecutó después con el bravo Palha, salido en quinto lugar, una auténtica sinfonía del toreo eterno: cites de frente, suertes ejecutadas con regusto y rematadas al estribo, en un ambiente de justificada apoteosis.
El maestro Joao Moura rubricó una buena lidia en el toro de Vinhas que rompió plaza, manejable pero con escasa transmisión. El eterno Niño alardeó de su sabiduría al elegir los terrenos adecuados en cada suerte, clavando con acierto y conectando en todo momento con el público. El cuarto, de Murteira, tenia poca transmisión aunque tampoco Moura anduvo muy inspirado, cuajando una faena de largo metraje pero de escasa brillantez.
El tercero toro de la ganadería de Oliveiras, era un manso de libro que no dio casi opciones. Luis Rouxinol le planteó una faena aguerrida hasta colocar algunas banderillas estimables. Vino a por todas y ante el codicioso Pasanha que cerró plaza, construyó una lidia muy meritoria, sin fisuras, maciza, emocionante y de verdad, que levantó el público de sus asientos. Además, clavó un estupendo par a dos manos en los medios.
Igualmente, hubo mucha emoción en las valientes actuaciones de los dos grupos de forcados amadores -de Montemor y de Lisboa- que por virtud de su apurada técnica realizaron bellas pegas de cara.
Lisboa (Portugal), viernes 18 de agosto de 2017. Toros de diversas ganaderías siendo el de Vinhas, manejable; el de David Ribeiro Telles, cumplió; el de Oliveiras, manso; el de Murteira Grave, noble pero sin transmisión; el de Palha, bravo; el de Passanha, codicioso. Joao Moura, vuelta y silencio; Antonio Ribeiro Telles, vuelta y dos vueltas; Luis Rouxinol, saludos y vuelta. Entrada: Lleno con cartel de “No hay Billetes”. Antes de iniciarse el festejo, hubo una exhibición de la Charanga de la Guardia Nacional Republicana y momentos de fado, con Camané e Nathalie. Se celebró el aniversario los 125 del coso portugués.
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