El Juli, el amo de Illumbe (Entrevista)
“Es triste y duele estar a expensas de los políticos, es ridículo e indignante que el toreo esté sometido a sus caprichos. Puedo respetar al antitaurino, pero no a quien politiza con la Fiesta”
El próximo 15 de agosto regresa, un año más, El Juli a San Sebastián.
Lo hace con la intención de revalidar el título de triunfador, de ganar
una nueva Concha de Oro con la que rebasar la marca del maestro
Ordóñez, con quien lidera el ranking en la actualidad; pero, por encima
de trofeos, el madrileño afronta la cita con la responsabilidad de saber
que llenar la plaza y brindar un buen espectáculo son aspectos clave a
la hora de asegurar el futuro de la Fiesta en una ciudad cuyos
gobernantes no han dejado de acosar al toreo en los últimos tiempos.
-Regresa a San Sebastián como ganador de la Concha de Oro del pasado año. Tres lleva en su carrera -2008, 2012 y 2016-, ¿pero fue esta última, quizá, la más especial por ganarle la partida a José Tomás?
-Esa del año pasado fue una de las tardes más especiales y felices de mi temporada. El torero que más me motiva ha sido y es José Tomás y poder alternar con él en una plaza de esa importancia siempre aporta un plus de motivación. Gracias a Dios tuve la suerte de poder cuajar un toro, cortarle las orejas y ser el triunfador de la feria.
-Ya sólo haberle igualado es un gran honor para mí. No soy muy de números, de hecho es un dato que ni siquiera conocía, pero me hace mucha ilusión dada la importancia que tuvo Ordóñez en el toreo. Evidentemente, al seguir en activo tengo la oportunidad de conseguir más y me encantaría hacerlo.
-¿Sale uno a la plaza especialmente responsabilizado cuando se conoce la delicada situación político-taurina del lugar?
-Sí, en días de este tipo tienes una especial voluntad y ganas de que las cosas salgan bien. Esos días el buen resultado de la tarde está por encima de tu propio beneficio como profesional. En estos casos te gusta que se vea lo mejor de la Tauromaquia y reivindicar lo que es el toreo. El triunfo de la Fiesta pasa por dar grandes tardes de toros, algo clave en estos momentos para contrarrestar todos los ataques políticos que estamos recibiendo.
-Qué triste es que el toreo esté a expensas de quién gobierne en cada provincia o autonomía… en este caso, en Donosti.
-Sí, es triste, es ilógico y duele. El toreo nunca ha entendido de posturas políticas, el toreo es del pueblo, de la gente, y desgraciadamente por varias cuitas políticas se ha visto envuelto en una polémica en la que nunca debiera de haber estado. El toreo ha estado culturalmente reconocido desde hace doscientos o trescientos años y no entiendo este ansia por politizar la Fiesta. El toreo no nació ayer, es una tradición de muchísimos años y veo injusta esta postura por parte de los políticos. Al antitaurino o a la gente que no le gusten los toros siempre podré entenderles y respetarles, pero que se politice con la Fiesta, no.
-Acaba de aprobarse la Ley de “Toros a la balear” con una reglamentación “kafkiana” del espectáculo.
-Es una muestra más de la actitud que se está teniendo políticamente con la Fiesta. Es un nuevo atentado hacia nuestra libertad, hacia nuestra cultura y nuestra profesión, que obvia la importancia tremenda que tiene el toreo en este país tanto económica como laboralmente. Estamos indefensos ante estas veleidades de la clase política y eso no puede seguir así.
-Pretenden llevar a cabo controles antidopaje a toros y toreros, prohibir la muerte del animal, el uso de puyas y banderillas, por no hablar del delirante examen psicológico a las reses antes y después de su lidia.
-Es ridículo e indignante que el toreo pueda estar sometido a estos caprichos. El toreo, insisto, es del pueblo, por lo que tiene que ser libre; y al que le guste, que vaya, y al que no, que no lo haga. Pero la Fiesta no debe de manipularse de esta manera tan caprichosa, ridícula y absurda.
-La Fundación del Toro de Lidia debe ponerse manos a la obra. Hay que
trabajar. Aunque en más de una ocasión ha dicho que pretendía quedarse
al margen de las peleas más allá del ruedo, ahora es patrono de la
Fundación y toca arremangarse.
-Cualquiera que esté involucrado en el mundo del toro debe de apoyar a la Fundación porque está por encima de cualquier proyecto que se haya podido hacer antes. Esto no es una causa común entre compañeros o entre ganaderos o entre empresarios, esto es una causa por la Tauromaquia en su conjunto y mi actitud es clara y sigue siendo la misma: quiero estar alejado de las luchas comunes entre toreros, pero siento que debo volcarme en un ente, la Fundación, que por fin defiende a todo el sector. Todos cuantos amamos y componemos este mundo somos conscientes de que el éxito de la Fundación es más importante que nuestros propios triunfos individuales, por eso debemos entregarnos a ella al cien por cien.
ILLUMBE, UNA PLAZA ESPECIAL
-En Illumbe lleva cinco puertas grandes. Y si no lleva sumadas tres más es porque el reglamento vasco impide salir a hombros cortando “sólo” una oreja a cada toro. ¿Qué recuerdos guarda de la plaza y su afición?
-Tengo vivencias muy bonitas desde que empecé como matador de toros, allí he vivido tardes muy importantes, de mucha expectación y taurinamente de disfrutar mucho toreando. Es una plaza en la que me siento a gusto, feliz y cuando he encontrado mi tauromaquia he sentido una gran respuesta en el público.
-Allí se lidia un toro serio, de plaza de primera, muy propio del
norte. En general hoy se lidia en la mayoría de plazas importantes el
toro de mayor trapío de la historia. ¿Nos arrepentiremos algún día de
haber impuesto un tipo de animal tan grande?
-Es un tema complejo. El toro grande le ha dado ventajas a alguna ganadería y a algún tipo de encaste. De hecho, gran parte del éxito del llamado monoencaste estriba en que ha conseguido dar con un toro de un tamaño muy grande pero que, a la vez, embiste de forma más o menos regular y permite el triunfo de los toreros. Pero eso ha traído consigo el empobrecimiento de la variedad de encastes, puesto que muchas ganaderías no han sido capaces de soportar ese aumento de peso y han perdido la impronta de su bravura porque no han podido mantener su calidad en paralelo a la subida de tamaño, edad y trapío que ha experimentado el toro en las últimas décadas. Hay que entender que el trapío no lo dan los kilos y que la báscula es muy mala referencia para valorar si un toro es serio o no. Eso hace daño a la Fiesta. Debemos buscar un espectáculo en el que se combine la seriedad del toro con sus hechuras aptas para embestir.
-En Illumbe toreará junto a Manzanares y Talavante. ¿Qué relación mantiene con ellos? ¿Se ha enfriado de un tiempo a esta parte?
-Bueno… las circunstancias finalmente nos han llevado por caminos distintos. Tuvimos una época de estar muy implicados en una serie de ideas, pero luego nos dispersamos porque cada uno terminó adoptando diferentes posiciones y se involucró de diferente manera. De todos modos, mi admiración profesional hacia ellos está totalmente vigente; y aunque personalmente haya menos contacto, sigue existiendo cariño, porque también hemos compartido juntos experiencias preciosas.
-Imagino que a estas alturas de su carrera su motivación pasa por
superarse a sí mismo, pero torear con quienes estén más en forma -caso
de Manzanares o Talavante ahora mismo- espoleará también lo suyo...
-Sí, por supuesto. Aunque yo no me vista de torero para competir, me refiero en el sentido deportivo de la palabra, está claro que torear con toreros buenos hace que saques lo mejor de ti. Amo a esta profesión y cuando en el ruedo estás al lado de un grande, tú mismo te vas creciendo y sacas tu lado más grande también.
-Entre 1999 -su primer año completo como matador de toros- y 2016, no ha faltado a la feria más que en 2001.
-Y fue porque sufrí la cornada del gemelo en Málaga, porque estaba anunciado dos tardes. La de San Sebastián es una feria en la que siempre se ha contado conmigo, he sido base de ella muchos años y en algunos he toreado incluso tres tardes, una a comienzos de temporada y dos en la Semana Grande.
-Ahora todos miden mucho más sus actuaciones...
-Es que la realidad de ahora es distinta y yo también tengo una postura diferente: llevo ya casi veinte años como matador de toros y la forma de asumir la temporada es otra. Evidentemente la afronto con la responsabilidad de saber el peso que tiene mi nombre en el toreo. Sé que no puedo darle la espalda a ese deber, pero la reducción de festejos generalizada en la Fiesta provoca que uno también reduzca su número de actuaciones. Pero eso hace que ahora viva el toreo con otra intensidad, a mi parecer de un modo superior en el aspecto mental y espiritual. Además, insisto, todos somos humanos y lógicamente no es lo mismo tener un año o dos de alternativa, que veinte.
-En su caso podría incluso permitirse pensar que ya está todo hecho, que ya está al otro lado del río.
-No lo crea, ahora incluso me atrevería a decir que debo tener más disciplina y más concentración que antes. Es una forma distinta de vivir el toreo, estoy disfrutándola mucho y quizá sea ahora cuando, por eso mismo, estén llegando las cotas artísticas más altas de mi tauromaquia.
TEMPORADA DE FIGURA
-¿Qué valoración hace de lo que lleva de temporada? Puerta grande en Valencia, oreja en Sevilla, trofeos en Madrid en cada una de sus dos tardes… Ya no se guía por los números, pero los suyos de este año no son nada malos.
-Estoy muy contento, llevo un ritmo más o menos parecido al de todos los años, pero estoy saliendo a la plaza con una actitud mucho más positiva, estoy más tranquilo con todo, me siento más en comunión con el público, con los compañeros… y luego hay otro aspecto básico para mí: el paso por Madrid ha sido muy positivo. He cortado una oreja cada tarde en una plaza que para mí es extremadamente difícil pero, sobre todo, he estado a gusto, he disfrutado toreando, he sentido al público entrar en las faenas y eso me ha recargado de ilusión, ha hecho que me reafirme en mi toreo. Y al margen de todo ello, ha habido faenas sueltas que me han llenado mucho, especialmente la del toro que indulté en Sanlúcar. Fue una comunión de toro, torero y público muy especial, en la que me sentí tremendamente feliz.
-Ha habido también otros momentos más agrios e incluso desagradables
como el altercado vivido en Toledo a cuenta de una decisión
presidencial. ¿Qué pasó?
-Fue una situación absurda. En Toledo, lo reconozco públicamente, he salido en hombros muchas veces por faenas totalmente inferiores a la cuajada este año. Toreé un toro como lo sueño, lo maté por arriba, toda la gente pidió las dos orejas y el presidente sólo concedió una mostrando una actitud arrogante y soberbia. Luego, la actitud de los delegados en el callejón hacia la gente que se estaba expresando fue totalmente autoritaria y me posicioné con ellos. Por encima de las orejas, que a día de hoy me importan más bien poco, no podía consentir que a una persona, por expresar su opinión ante el presidente, la echaran del callejón cuando, además, quien realmente había alterado el orden público había sido el presidente.
-Un sinsentido más en el palco. Y ya van…
-Parece que en el toreo estemos todos sujetos a la crítica y a los juicios del público menos, precisamente, la persona que más importancia tiene a la hora de juzgar y dirigir un festejo. Es absurdo.
-Aun así, sonó extraño que El Juli entrara al trapo con toda su experiencia a cuestas...
-Si lo hice fue porque querían echar a gente del toro como si fuesen delincuentes. Oiga, el presidente ha tomado una decisión, y, si se ha equivocado, igual que a los toreros o al ganadero nos pueden pitar, el presidente tiene que aguantar igualmente que la gente le exprese su opinión. Me pareció tremendo tanto ese autoritarismo ante quienes se expresaban libremente como esa actitud de llamar a la Policía para sacar a la gente del callejón. Por eso me posicioné con ellos y diez mil veces más lo haría si hiciese falta.
-Llamativa también ha sido su ausencia en Pamplona. ¿Ha sido voluntaria o es que no hubo acuerdo con la Casa de Misericordia?
-No ha pasado nada del otro mundo, la relación con la Casa de Misericordia es muy buena, simplemente las cosas no vinieron como nosotros creíamos que debían de venir. Además, caímos en que el año que viene cumpliré veinte de alternativa y sería una buena oportunidad para hacer algo especial después del paréntesis de esta temporada. Llevo ya muchas tardes en esa plaza a lo largo de mi carrera, creo que he salido hasta diez veces en hombros y pensamos que podía darle un respiro a la plaza.
-En todo el mes de julio no ha toreado ninguna corrida hasta la de Santander. ¿A qué se ha debido? ¿Cómo le ha sentado un respiro así a mitad de temporada?
-Ahora veremos cómo me ha sentado -ríe-… Ya digo que a día de hoy necesito otra motivación, otra ilusión para ir a la plaza, necesito preparar las corridas de un modo distinto y además tampoco ha sido algo buscado. No ha sido un parón cien por cien voluntario, sino más bien circunstancial.
Agosto se presenta de modo distinto. Llega cargado de compromisos. Al festejo celebrado el pasado domingo en Pontevedra, llegan ahora Dax, El Puerto -mano a mano con Morante-, Gijón, San Sebastián, Guijuelo, Málaga, Sanlúcar, Bilbao, Almería, Cuenca... todos aguardan al madrileño, quien, tradicionalmente, cuando a otros empieza a llegarles el agua al cuello saca a relucir su incombustible magisterio. “Empieza el lío de nuevo y pisaremos a fondo el acelerador”, advierte por si quedaban dudas.
ÉXITOS TAMBIÉN COMO GANADERO
Igual que le sucede como torero, El Juli también está triunfando como ganadero. Su vacada, formada con reses de Daniel Ruiz y Garcigrande -ganaderías que conoce a la perfección, dada la especial afinidad que le une a sus propietarios y a su modo de entender la bravura-, triunfó con fuerza el pasado mes de junio en Alicante, donde puso en liza una corrida de toros guapa y brava como pocas. “La ganadería es un proyecto lento, llevo ya varios años trabajando con discreción, tapadito, y ya empiezo a ver algunos resultados. La conozco bien porque mi relación con los ganaderos que me han aportado simiente siempre ha sido muy estrecha y sé de las dificultades que conlleva meterse en esta aventura. La vivo con muchísima humildad, asumiendo que el porcentaje de fracasos aquí es muy alto pero, a la vez, intento atar lo máximo posible todos los cabos para, poquito a poco, ir dando con el toro que a mí me llena y lograr que salga a la plaza con la máxima regularidad posible”, subraya el madrileño.
¿Tienta usted todas las vacas o prefiere verlas en otras manos? “Toreo
muchas porque tengo que entrenar y me gusta, pero también me gusta que
los compañeros conozcan mi ganado y ver las vacas en las manos de los
demás. Por mi experiencia, creo que tengo capacidad suficiente como para
ver la condición del ganado al margen de quién esté delante, pero
lógicamente la sensación de torear es única y cuando sientes una
embestida sacas más conclusiones que cuando la ves desde fuera”.
-O sea, que lo mejor como ganadero -o al menos lo más real- es que sea uno mismo quien toree.
-Bueno, es un arma de doble filo porque los toreros tenemos formas distintas de torear y no debes crear un toro para un único concepto porque la Tauromaquia va evolucionando y a veces va para un lado y a veces, para otro. No obstante, lo que sí tengo claro es que me gusta criar el animal que a mí me gustaría torear. Sería hipócrita por mi parte hacerlo de otro modo.
Los próximos retos son este mismo mes de agosto: una novillada en Gijón y una corrida de toros en Bayona, la primera de primera en la historia de la ganadería: “Estoy asustado. El de ganadero es un miedo distinto al de torero porque una vez la corrida sale del campo no puedes hacer nada para ayudarla. Eso da muchísima impotencia, por eso admiro tanto a quienes dedican su vida a la cría del toro”.
ESTADÍSTICA EN ILLUMBE.- Cinco puertas grandes
El Juli lleva sumadas 29 corridas de toros en San Sebastián, donde ha lidiado 58 toros a los que ha cortado un total de 29 orejas, saliendo en cinco ocasiones a hombros. Son estas:
01/04/2001 Ponce, Juli y Javier Castaño. Santiago Domecq. Ovación y dos orejas.
17/08/2002 Eugenio de Mora, Miguel Abellán y El Juli. Santiago Domecq. Silencio y dos orejas.
12/08/2008 Morante, El Juli y El Fandi. Hnos. García Jiménez y Jandilla. Silencio y dos orejas.
13/08/2012 Morante, El Juli y Alejandro Talavante. Núñez del Cuvillo. Oreja y dos orejas.
14/08/2016 Pablo Hermoso de Mendoza, José Tomás y El Juli. Garcigrande. Dos orejas y silencio.
-Regresa a San Sebastián como ganador de la Concha de Oro del pasado año. Tres lleva en su carrera -2008, 2012 y 2016-, ¿pero fue esta última, quizá, la más especial por ganarle la partida a José Tomás?
-Esa del año pasado fue una de las tardes más especiales y felices de mi temporada. El torero que más me motiva ha sido y es José Tomás y poder alternar con él en una plaza de esa importancia siempre aporta un plus de motivación. Gracias a Dios tuve la suerte de poder cuajar un toro, cortarle las orejas y ser el triunfador de la feria.
“En San Sebastián tengo vivencias muy bonitas. Allí me siento a gusto, feliz y cuando he encontrado mi tauromaquia he sentido una gran respuesta”-Ahora mismo está empatado con tres Conchas de Oro con el maestro Antonio Ordóñez, que fue quien más consiguió y, además, el primero en ganar el trofeo. Ahora tiene ocasión de rebasar la marca y liderar en solitario…
-Ya sólo haberle igualado es un gran honor para mí. No soy muy de números, de hecho es un dato que ni siquiera conocía, pero me hace mucha ilusión dada la importancia que tuvo Ordóñez en el toreo. Evidentemente, al seguir en activo tengo la oportunidad de conseguir más y me encantaría hacerlo.
-¿Sale uno a la plaza especialmente responsabilizado cuando se conoce la delicada situación político-taurina del lugar?
-Sí, en días de este tipo tienes una especial voluntad y ganas de que las cosas salgan bien. Esos días el buen resultado de la tarde está por encima de tu propio beneficio como profesional. En estos casos te gusta que se vea lo mejor de la Tauromaquia y reivindicar lo que es el toreo. El triunfo de la Fiesta pasa por dar grandes tardes de toros, algo clave en estos momentos para contrarrestar todos los ataques políticos que estamos recibiendo.
-Qué triste es que el toreo esté a expensas de quién gobierne en cada provincia o autonomía… en este caso, en Donosti.
-Sí, es triste, es ilógico y duele. El toreo nunca ha entendido de posturas políticas, el toreo es del pueblo, de la gente, y desgraciadamente por varias cuitas políticas se ha visto envuelto en una polémica en la que nunca debiera de haber estado. El toreo ha estado culturalmente reconocido desde hace doscientos o trescientos años y no entiendo este ansia por politizar la Fiesta. El toreo no nació ayer, es una tradición de muchísimos años y veo injusta esta postura por parte de los políticos. Al antitaurino o a la gente que no le gusten los toros siempre podré entenderles y respetarles, pero que se politice con la Fiesta, no.
“Es triste y duele estar a expensas de los políticos. Puedo respetar al antitaurino, pero no a quien politiza con la Fiesta”
-Acaba de aprobarse la Ley de “Toros a la balear” con una reglamentación “kafkiana” del espectáculo.
-Es una muestra más de la actitud que se está teniendo políticamente con la Fiesta. Es un nuevo atentado hacia nuestra libertad, hacia nuestra cultura y nuestra profesión, que obvia la importancia tremenda que tiene el toreo en este país tanto económica como laboralmente. Estamos indefensos ante estas veleidades de la clase política y eso no puede seguir así.
-Pretenden llevar a cabo controles antidopaje a toros y toreros, prohibir la muerte del animal, el uso de puyas y banderillas, por no hablar del delirante examen psicológico a las reses antes y después de su lidia.
-Es ridículo e indignante que el toreo pueda estar sometido a estos caprichos. El toreo, insisto, es del pueblo, por lo que tiene que ser libre; y al que le guste, que vaya, y al que no, que no lo haga. Pero la Fiesta no debe de manipularse de esta manera tan caprichosa, ridícula y absurda.
-Cualquiera que esté involucrado en el mundo del toro debe de apoyar a la Fundación porque está por encima de cualquier proyecto que se haya podido hacer antes. Esto no es una causa común entre compañeros o entre ganaderos o entre empresarios, esto es una causa por la Tauromaquia en su conjunto y mi actitud es clara y sigue siendo la misma: quiero estar alejado de las luchas comunes entre toreros, pero siento que debo volcarme en un ente, la Fundación, que por fin defiende a todo el sector. Todos cuantos amamos y componemos este mundo somos conscientes de que el éxito de la Fundación es más importante que nuestros propios triunfos individuales, por eso debemos entregarnos a ella al cien por cien.
ILLUMBE, UNA PLAZA ESPECIAL
-En Illumbe lleva cinco puertas grandes. Y si no lleva sumadas tres más es porque el reglamento vasco impide salir a hombros cortando “sólo” una oreja a cada toro. ¿Qué recuerdos guarda de la plaza y su afición?
-Tengo vivencias muy bonitas desde que empecé como matador de toros, allí he vivido tardes muy importantes, de mucha expectación y taurinamente de disfrutar mucho toreando. Es una plaza en la que me siento a gusto, feliz y cuando he encontrado mi tauromaquia he sentido una gran respuesta en el público.
“Lo de Mallorca es ridículo e indignante. Es un nuevo atentado hacia nuestra libertad, hacia nuestra cultura y nuestra profesión. No podemos seguir indefensos”
-Es un tema complejo. El toro grande le ha dado ventajas a alguna ganadería y a algún tipo de encaste. De hecho, gran parte del éxito del llamado monoencaste estriba en que ha conseguido dar con un toro de un tamaño muy grande pero que, a la vez, embiste de forma más o menos regular y permite el triunfo de los toreros. Pero eso ha traído consigo el empobrecimiento de la variedad de encastes, puesto que muchas ganaderías no han sido capaces de soportar ese aumento de peso y han perdido la impronta de su bravura porque no han podido mantener su calidad en paralelo a la subida de tamaño, edad y trapío que ha experimentado el toro en las últimas décadas. Hay que entender que el trapío no lo dan los kilos y que la báscula es muy mala referencia para valorar si un toro es serio o no. Eso hace daño a la Fiesta. Debemos buscar un espectáculo en el que se combine la seriedad del toro con sus hechuras aptas para embestir.
-En Illumbe toreará junto a Manzanares y Talavante. ¿Qué relación mantiene con ellos? ¿Se ha enfriado de un tiempo a esta parte?
-Bueno… las circunstancias finalmente nos han llevado por caminos distintos. Tuvimos una época de estar muy implicados en una serie de ideas, pero luego nos dispersamos porque cada uno terminó adoptando diferentes posiciones y se involucró de diferente manera. De todos modos, mi admiración profesional hacia ellos está totalmente vigente; y aunque personalmente haya menos contacto, sigue existiendo cariño, porque también hemos compartido juntos experiencias preciosas.
-Sí, por supuesto. Aunque yo no me vista de torero para competir, me refiero en el sentido deportivo de la palabra, está claro que torear con toreros buenos hace que saques lo mejor de ti. Amo a esta profesión y cuando en el ruedo estás al lado de un grande, tú mismo te vas creciendo y sacas tu lado más grande también.
-Entre 1999 -su primer año completo como matador de toros- y 2016, no ha faltado a la feria más que en 2001.
-Y fue porque sufrí la cornada del gemelo en Málaga, porque estaba anunciado dos tardes. La de San Sebastián es una feria en la que siempre se ha contado conmigo, he sido base de ella muchos años y en algunos he toreado incluso tres tardes, una a comienzos de temporada y dos en la Semana Grande.
-Ahora todos miden mucho más sus actuaciones...
-Es que la realidad de ahora es distinta y yo también tengo una postura diferente: llevo ya casi veinte años como matador de toros y la forma de asumir la temporada es otra. Evidentemente la afronto con la responsabilidad de saber el peso que tiene mi nombre en el toreo. Sé que no puedo darle la espalda a ese deber, pero la reducción de festejos generalizada en la Fiesta provoca que uno también reduzca su número de actuaciones. Pero eso hace que ahora viva el toreo con otra intensidad, a mi parecer de un modo superior en el aspecto mental y espiritual. Además, insisto, todos somos humanos y lógicamente no es lo mismo tener un año o dos de alternativa, que veinte.
“Quiero estar alejado de las luchas comunes entre compañeros, pero siento que con la Fundación debo volcarme. Su éxito es más importante que nuestros propios triunfos individuales”
-En su caso podría incluso permitirse pensar que ya está todo hecho, que ya está al otro lado del río.
-No lo crea, ahora incluso me atrevería a decir que debo tener más disciplina y más concentración que antes. Es una forma distinta de vivir el toreo, estoy disfrutándola mucho y quizá sea ahora cuando, por eso mismo, estén llegando las cotas artísticas más altas de mi tauromaquia.
TEMPORADA DE FIGURA
-¿Qué valoración hace de lo que lleva de temporada? Puerta grande en Valencia, oreja en Sevilla, trofeos en Madrid en cada una de sus dos tardes… Ya no se guía por los números, pero los suyos de este año no son nada malos.
-Estoy muy contento, llevo un ritmo más o menos parecido al de todos los años, pero estoy saliendo a la plaza con una actitud mucho más positiva, estoy más tranquilo con todo, me siento más en comunión con el público, con los compañeros… y luego hay otro aspecto básico para mí: el paso por Madrid ha sido muy positivo. He cortado una oreja cada tarde en una plaza que para mí es extremadamente difícil pero, sobre todo, he estado a gusto, he disfrutado toreando, he sentido al público entrar en las faenas y eso me ha recargado de ilusión, ha hecho que me reafirme en mi toreo. Y al margen de todo ello, ha habido faenas sueltas que me han llenado mucho, especialmente la del toro que indulté en Sanlúcar. Fue una comunión de toro, torero y público muy especial, en la que me sentí tremendamente feliz.
-Fue una situación absurda. En Toledo, lo reconozco públicamente, he salido en hombros muchas veces por faenas totalmente inferiores a la cuajada este año. Toreé un toro como lo sueño, lo maté por arriba, toda la gente pidió las dos orejas y el presidente sólo concedió una mostrando una actitud arrogante y soberbia. Luego, la actitud de los delegados en el callejón hacia la gente que se estaba expresando fue totalmente autoritaria y me posicioné con ellos. Por encima de las orejas, que a día de hoy me importan más bien poco, no podía consentir que a una persona, por expresar su opinión ante el presidente, la echaran del callejón cuando, además, quien realmente había alterado el orden público había sido el presidente.
“Ahora toreo menos, pero vivo la profesión con otra intensidad, de un modo superior en el aspecto mental y espiritual”
-Un sinsentido más en el palco. Y ya van…
-Parece que en el toreo estemos todos sujetos a la crítica y a los juicios del público menos, precisamente, la persona que más importancia tiene a la hora de juzgar y dirigir un festejo. Es absurdo.
-Aun así, sonó extraño que El Juli entrara al trapo con toda su experiencia a cuestas...
-Si lo hice fue porque querían echar a gente del toro como si fuesen delincuentes. Oiga, el presidente ha tomado una decisión, y, si se ha equivocado, igual que a los toreros o al ganadero nos pueden pitar, el presidente tiene que aguantar igualmente que la gente le exprese su opinión. Me pareció tremendo tanto ese autoritarismo ante quienes se expresaban libremente como esa actitud de llamar a la Policía para sacar a la gente del callejón. Por eso me posicioné con ellos y diez mil veces más lo haría si hiciese falta.
-No ha pasado nada del otro mundo, la relación con la Casa de Misericordia es muy buena, simplemente las cosas no vinieron como nosotros creíamos que debían de venir. Además, caímos en que el año que viene cumpliré veinte de alternativa y sería una buena oportunidad para hacer algo especial después del paréntesis de esta temporada. Llevo ya muchas tardes en esa plaza a lo largo de mi carrera, creo que he salido hasta diez veces en hombros y pensamos que podía darle un respiro a la plaza.
“En Pamplona no vinieron las cosas como queríamos este año, pero el que viene cumplo veinte de alternativa y sería una buena oportunidad para hacer algo especial”
-En todo el mes de julio no ha toreado ninguna corrida hasta la de Santander. ¿A qué se ha debido? ¿Cómo le ha sentado un respiro así a mitad de temporada?
-Ahora veremos cómo me ha sentado -ríe-… Ya digo que a día de hoy necesito otra motivación, otra ilusión para ir a la plaza, necesito preparar las corridas de un modo distinto y además tampoco ha sido algo buscado. No ha sido un parón cien por cien voluntario, sino más bien circunstancial.
Agosto se presenta de modo distinto. Llega cargado de compromisos. Al festejo celebrado el pasado domingo en Pontevedra, llegan ahora Dax, El Puerto -mano a mano con Morante-, Gijón, San Sebastián, Guijuelo, Málaga, Sanlúcar, Bilbao, Almería, Cuenca... todos aguardan al madrileño, quien, tradicionalmente, cuando a otros empieza a llegarles el agua al cuello saca a relucir su incombustible magisterio. “Empieza el lío de nuevo y pisaremos a fondo el acelerador”, advierte por si quedaban dudas.
ÉXITOS TAMBIÉN COMO GANADERO
Igual que le sucede como torero, El Juli también está triunfando como ganadero. Su vacada, formada con reses de Daniel Ruiz y Garcigrande -ganaderías que conoce a la perfección, dada la especial afinidad que le une a sus propietarios y a su modo de entender la bravura-, triunfó con fuerza el pasado mes de junio en Alicante, donde puso en liza una corrida de toros guapa y brava como pocas. “La ganadería es un proyecto lento, llevo ya varios años trabajando con discreción, tapadito, y ya empiezo a ver algunos resultados. La conozco bien porque mi relación con los ganaderos que me han aportado simiente siempre ha sido muy estrecha y sé de las dificultades que conlleva meterse en esta aventura. La vivo con muchísima humildad, asumiendo que el porcentaje de fracasos aquí es muy alto pero, a la vez, intento atar lo máximo posible todos los cabos para, poquito a poco, ir dando con el toro que a mí me llena y lograr que salga a la plaza con la máxima regularidad posible”, subraya el madrileño.
-O sea, que lo mejor como ganadero -o al menos lo más real- es que sea uno mismo quien toree.
-Bueno, es un arma de doble filo porque los toreros tenemos formas distintas de torear y no debes crear un toro para un único concepto porque la Tauromaquia va evolucionando y a veces va para un lado y a veces, para otro. No obstante, lo que sí tengo claro es que me gusta criar el animal que a mí me gustaría torear. Sería hipócrita por mi parte hacerlo de otro modo.
Los próximos retos son este mismo mes de agosto: una novillada en Gijón y una corrida de toros en Bayona, la primera de primera en la historia de la ganadería: “Estoy asustado. El de ganadero es un miedo distinto al de torero porque una vez la corrida sale del campo no puedes hacer nada para ayudarla. Eso da muchísima impotencia, por eso admiro tanto a quienes dedican su vida a la cría del toro”.
El Juli lleva sumadas 29 corridas de toros en San Sebastián, donde ha lidiado 58 toros a los que ha cortado un total de 29 orejas, saliendo en cinco ocasiones a hombros. Son estas:
01/04/2001 Ponce, Juli y Javier Castaño. Santiago Domecq. Ovación y dos orejas.
17/08/2002 Eugenio de Mora, Miguel Abellán y El Juli. Santiago Domecq. Silencio y dos orejas.
12/08/2008 Morante, El Juli y El Fandi. Hnos. García Jiménez y Jandilla. Silencio y dos orejas.
13/08/2012 Morante, El Juli y Alejandro Talavante. Núñez del Cuvillo. Oreja y dos orejas.
14/08/2016 Pablo Hermoso de Mendoza, José Tomás y El Juli. Garcigrande. Dos orejas y silencio.
Comentarios
Publicar un comentario