SALERI II y su devoción por la virgen de la salud (Reportaje) (Hisoria del toreo)


     El pasado 7 de Octubre se cumplieron sesenta años de la muerte de Saleri II, matador de toros  cuya carrera coincidió en el tiempo con las de Joselito, El Gayo y Juan Belmonte.
     Natural de Romanones, en la provincia de Guadalajara, Saleri estuvo vinculado al santuario de Nuestra Señora de la Salud, de Barbatana, también en campos de la Alcarria, en cuyo interior quedan restos y testimonios e que hubo una plaza de toros.


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   El entrañable núcleo poblacional de Barbatona en una pedanía del Ayuntamiento de la próxima ciudad de Sigüenza (Guadalajara), de las que dista apenas ochos kilómetros en dirección a Alcolea del Pinar, y en el que durante su frío invierno no residen más de un par de vecinos. Sin embargo, es sobradamente conocido su Santuario de Nuestra Señora de la Salud, pues a este centro mariano donde se venera su imagen se dirigen innumerables fieles devoto -especialmente durante la marcha que el segundo Domingo de Mayo transcurre entre Sigüenza y el Santuario, desde 1964, y la festividad de la natividad que se celebra el 8 de Septiembre- que buscan la recuperación de la salud perdida o quebrantada. En su interior pueden contemplarse numerosos cuadros, ex voto que recuerdan el episodio de la salud recobrada, remontándose lo más antiguos al siglo XVIII. Actualmente el santuario luce espléndido pues acaba de ser remozado bajo el impulso de sus párrocos, Jesús de las Heras y Juan Antonio Marco.

     Llegados, pues, a Barbatona, conforme se asciende al Santuario por la calle principal, a mitad de la cuesta hay que desviarse a la mano izquierda, por un buen camino que conduce al cementerio. A unos quince metros, junto al campo santo, se encuentra un edificio de piedra sillar roja. Merece la pena acercarse. Sobre el dintel de la puerta principal se puede leer en una plaza: "Plaza de toros. Construida a expensas de Carlos Gil. Año 1873".

     En efecto se trata de un recinto del siglo XIX, de forma externa irregular adosada al ruedo se ubicaron los toriles. El  interior se encuentra invadido por la vegetación que ya impide contemplar las tres filas de gradas de piedra sillar que rodean el círculo, así como las puertas que daban acceso a las dependencias del ganado. Lástima que su estado de conservación no sea el que merece.

     La frágil memoria de algunos testigos, ya mayores, distorsiona la realidad de lo que allí se celebra, pues hablan de festejos para aficionados. lo cierto es que, aunque pocas, se celebraron corridas con novillos, pues así lo recogen los periódicos de la época. Los días de toros se correspondían con el domingo posterior a la festividad de la natividad  y el siguiente, aunque años habría en que tan sólo tuvieran lugar una tarde y otros en que ninguna. En 1935, el redactor del semanario seguntino S.I.R. hablaba tristemente de "la plaza de toros de Barbatona, hoy sembrada de patatas".



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     Cabe suponer que las novilladas comenzaran a partir de aquel 1873 en que quedaban terminado el coso, pero nada sabemos de aquellos años. De los primeros del siglo siguiente hay alguna constancia, pues en 1901 se dieron dos festejos, en los que faltó el número  de Don Tancredo. Tres años después se produjo un incidente pues "antes de comenzar una novillada... produjese un pequeño alboroto entre el público a consecuencia de lo excesivo de los precios. Por esta causa hubo en la fiesta escaso número de espectadores". Así lo recoge el semanario provincial Flores y Abejas en su numero siguiente.

     Qué toreros fueron contratados es cosa de difícil conocimiento. El domingo 10 de Septiembre  de 1911 se lidiaron dos novillos por los diestros Eduardo Aragosa y Mariano Candil "Cabrerito". Tenemos constancia de otro torero, y de la provincia, que se pasea en 1915: Casimiro Castellote Valverde "Vallecano", nacido en la localidad de Ciruelos el 4 de Marzo de 1885. Tras actuar en capeas llegó a cuajar, toreando hasta 18 corridas en 1910. Esta temporada, una de las mejores, sufrio dos cojidas importantes que le restaron facultades. En "el Cossío" ha merecido este notable juicio: "no llegó a ocupar el puesto a que parecía destinado, ya que tenía excelentes aptitudes para la lidia".

     Las excelentes cualidades no debió lucirlas durante la lidia de los dos novillos que estoqueó en Septiembre de aquel 1915, pues los despachó de "otros tantos ignominios gotellazos, sin que se viera en el diestro un adarme de arte taurómaco". esto según recuerda el diario S.I.R. de 1935 en su sección de efemérides, originó un pequeño incidente a la salida de la plaza, que no registró importancia gracias a la sensatez del público. Ello no fue obstáculo para contratarle en Sigüenza, donde toreó el 17 de agosto de 1916.

SALERI II, BENEFACTOR DEL SANTUARIO

     Y bien, Julián Sáinz "Saleri II" tuvo una relación especial con este lugar. Este diestro fue uno de los toreros más sobresalientes de principios del siglo XX cuya valía, por resumir, puede sintetizarse en esta apreciación de la famosa enciclopedia  antes citada que así reza: "Fue un torero de los llamados largos, tenía el valor suficiente para hacer cuantos cuanto quería y lo hacía todo y todo muy bien. Toreaba con gracia y soltura y con demostración de excelente arte con el capote: era un banderillero extraordinario: muy buen muletero, eficaz artístico: y matando, la mayor parte de las vece era seguro, fácil y pronto, pues mató muy bien muchos toros y no pocos de la difícil y poco frecuente suerte de recibir".

     Salari II nació el 19 de Junio de 1891 en un pueblo de la provincia de Guadalajara llamado Romanones. Trabajó de niño en Madrid como carnicero y comenzó a forjarse en capeas castellanas a los quince años. Ya en 1913 toreo 40 novilladas con éxito siendo contratado en Caracas, donde marchó para torear un buen número de corridas. En 1914, de vuelta a España toreó otras 38 y tomó la alternativa en Septiembre, en Madrid, de manos de Vicente Pastor. De 1915 a 1921 lo hizo en 46, 50, 62, 72, 50, 48 y 57 ocasiones, respectivamente.

     En 1921 sufrió una enfermedad hepática importante que le obligó a ser operado un año después. ¿Aquí radicó la gran devoción a "su paisana"? es probable. A partir de entonces disminuyó el número de actuaciones, aunque hizo las Américas donde llego a ser empresario de las plazas de Lima y Bogotá en 1929 y 1930, reapareció en 1934 en España, pero sólo toreó dos corridas y una en 1935.

     A beneficio de la Virgen de la Salud toreó en Sigüenza en dos ocasiones. El 16 de Septiembre de 1928 mató dos novillos  y el 9 del mismo mes  de 1951  -a sus 60 años - hizo lo propio con el primero de los cuatro que se lidiaron. Algún éxito debió tener este festejo pues se le encargó la organización de las corridas de las fiestas seguntinas de 1952. Pero lo más destacable es que en la corrida de 1928  se cortó la coleta retirándose a vivir al pueblo de azanzueque, aunque, como queda dicho,  reaparecería esporádicamente.

     Es una de las columnas de la nave central del Santuario de Barbatona, una placa de mármol hace justicia con una inscripción que hace referencia al torero.


     La virgen de la Salud es rica en mantos, regalo de los fieles muchos de ellos, la mayoría. Pues bien, se conserva uno de color salmón, que se guarda en el santuario y con él se engalana a la Virgen. Está confeccionado de un capote de paseo que donó su devoto Julián Sáinz "Saleri II", quien falleció el 7 de Octubre de 1958. Hace ahora 60 años.








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