ÁNGEL TELLEZ (Entrevista)
LA GRAN FAENA DE MADRID
A pesar de no cortar orejas, la actuación de Ángel Téllez en la última de las novilladas nocturnas de este verano en Madrid tendría que catapultarle con fuerza dentro del escalafón de novilleros. La del Madrileño al tercer utrerode Los Maños ha sido, por temple, poder, gusto y ritmo, una de las faenas más redondas del año en Las Ventas, a la que sólo le faltó la rúbricada de la espada para ser completa y rotunda.
Su forma de estar con la variada y exigente novillada de Los Maños, el concepto que interpretó y la capacidad demostrada hablan de una interesantísima proyección de torero de Ángel Téllez. Más allá de cualquier dificultad que pudieron ofrecer los "santacolomas", el madrileño supo siempre qué hacer y cómo aprovecharlo para lucir su toreo con gracia natural y una fluidez que demuestra su excelente preparación. Además, esa apuesta que a veces se echa de menos entre los más jóvenes, quedó manifiesta cuando entró a matar sin muleta a su primero, ese que, de entrar bien la espada, le habría dado la gloria.
"Era una apuesta a todo o nada -reconoce Ángel con sinceridad- . ya que había sentido la plaza rugir con mi toreo y me había sentido toreando, quería un triunfo gordo, incontestable, pero la espada cayó atravesada...."
-A pesar de eso, hay que darte la enhorabuena por una faena grandiosa.
Gracias. Era mi tercera tarde en Madrid esta temporada y quería que fuera distinto, que pasara algo, porque está claro que como novillero lo necesitamos, pero a nivel personal quería disfrutar la tarde. Venía de una racha de novilladas en las que me estaba sintiendo muy seguro y eso, junto a que la novillada me gustaba, porque el año pasado le pude cortar una oreja en la feria de El Pilar de Zaragoza, me dio mucha confianza. Por eso, quise olvidarme de todas las presiones e intentar torear para mí, y creo que algo de eso se pudo ver.
-¿Como recuerdas esa faena al tercero novillo de la noche?
-La sensación que tengo es que disfruté mucho. Creo que lo de las novilladas nocturnas es un acierto, estaba a gusto con el hecho de torear de noche, era la primera vez que lo hacía y fue y fue una sensación agradable, además el ambiente, me sentí muy cómodo en la plaza y eso me llevó a andar más suelto, como que todo me salía fácil, fluido, natural, más allá de que los novillos estaban sacando varias dificultades. Ese tercero, por ejemplo, no humillaba mucho, pero tenía recorrido y le vi intención de tomar bien los capotes, a pesar de querer irse. Aposté por lucir al novillo, darle distancia y explotar su galope, aunque embistiera sin entrega y mirando un poco. Mi objetivo era que se quedara en la muleta, por eso siempre se la dejé en la cara, a una distancia en la que se moviera cómodo y a su altura, y era entonces cuando cogía el ritmo que yo le quería imponer y esos muletazos salieron lentos y desmayados. Además, como no le podía obligar mucho, tuvo duración, aunque tampoco quise excederme. Por eso cuando sentí que la faena estaba echa fui por a por la espada.
-¿Sentiste el triunfo en la mano?
-Te miento si te digo que no, había escuchado a la plaza y me había sentido toreando, pero quería más, por eso decidí tirarme sin muleta, me encuné bien, pero la espada no tuvo muerte y después todo se complicó para matar, hasta los dos avisos. Lo lamenté, pero ahí quedó la faena.
-Por supuesto, y la apuesta.
-Sí. sólo espero que no quede en el olvido por no haber sido rematada con la espada. Es cierto que la prensa y los comentarios de todo el mundo han sido muy buenos, pero no me puedo quedar ahí. Quisiera que esto me valga al menos para volver a Madrid el año que viene con buen ambiente y parta abrirme puertas, pero el próximo golpe tiene que ser contundente. Ahora viene un mes cargado de actividad y lo único que quiero es seguir creciendo, al fin y al cabo, es mi primer año completo con picadores y tengo mucho que aprender.
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