UREÑA PAGA CON CORNADA UNA OREJA DE LEY EN PAMPLONA


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La lluvia que caía con fuerza sobre la capital navarra media hora antes del comienzo del festejo del día del patrón de las fiestas sanfermineras no impidió que la monumental de Pamplona volviera a ser una fiesta. Tremendo llenazo. Un yin entre los que van a  ver los toros y un yang entre los que van a pasárselo bien, pero en definitiva, una conjunción perfecta para hacerle ver al alcalde de Pamplona que sin corridas de toros su fiesta, la de su pueblo, la que deja una economía fructífera para su gente, que suponemos que quiere, no tendría sentido.



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Abrió la feria, en cuanto a los matadores de toros se refiere, el lorquino Paco Ureña. Con su traje de guerra, blanco y oro, recibió por verónicas al primer toro del Puerto de san Lorenzo. “Pitinesco”, grandón, manso y sin gracia pasó desapercibido en todo los tercios. Paco Ureña, deseoso de triunfo, brindó al respetable la faena que se inició por derechazos. En los medios, el toro no respondió a la muleta ofrecida por el de Lorca. Se quedó cortó y se paró a las primeras de cambio, embistiendo con la cara a media altura. Tiró de oficio Paco y ligó los muletazos por el pitón derecho, aunque la sosísima condición del toro  no prendió la mecha entre los tendidos que ya buscaban a la chica yeyé. Por el izquierdo, tomó mejor la muleta el del Puerto y Ureña dejó varios naturales sueltos de buena colocación. Para finalizar la faena se pegó un arrimón sincero mezclado con pases para la galería, que encendieron al apagado personal. Mató de estocada entera y fue silenciado.

 
Román fue un huracán en el segundo. Contagiado por la alegría de las peñas recibió al del Puerto de San Lorenzo con una larga cambiada de rodillas como declaración de intenciones. Bonito fue el tercio de quites. Garrido dejó una belleza de gaoneras rematadas con una media descomunal de gran expresión y Román se picó ejecutando unas saltilleras de gran exposición dejándose llegar el toro de largo de mucha emoción. En la muleta el del Puerto de San Lorenzo fue noble y se dejó hacer. Román en los tendidos de sol ejecutó una faena notable donde lo mejor llegó por el lado izquierdo. Siempre dándolo todo y con la sonrisa en la cara, Román disfrutó y caló en el tendido. Finalizó por bernardinas ajustadas y una estocada arriba le puso la oreja en sus manos.
El tercero fue un animal muy deslucido con el que el extremeño José Garrido intentó agradar pero la extrema condición mansa del toro se lo impidió. Prolongó demasiado la faena y el aburrimiento se hizo presente entre los que miraban al ruedo. Mató de entera muy baja que necesitó varios golpes de verduguillo y escuchó silencio.
“Cuba” tomó el capote de Paco Ureña con nobleza y poca entrega. Tomó un primer puyazo entregándose, muy bien ejecutado por Pedro Iturralde, luego recibió un segundo donde el del Puerto de San Lorenzo salió suelto. Tras un tercio de banderillas sin ruido, Ureña cogió la muleta muy dispuesto y se fue al centro del ruedo para recibir de hinojos al burel salmantino. Salió una tanda limpia rematada, ya en pie, con un soberbio pase de pecho. El toro fue bueno por el pitón derecho y Paco dejó tandas ligadas con muletazos largos rematadas también por buenos pases de pecho. Tandas largas dejándose llegar al toro de lejos. Por el izquierdo el del Puerto echó la cara abajo con nobleza y permitió al de Lorca dejar un buen manojo de buenos naturales. Quizá al toro le faltó algo más de chispa para que la faena alcanzara cotas más rotundas, pero la labor de Ureña fue notable. Volvió a la mano derecha para rematar la actuación dejando momentos de improvisación para terminar el trasteo. La espada funcionó pero en el encuentro el torero salió trompicado saliendo herido en el muslo derecho. Se mantuvo en el ruedo Ureña con un torniquete entre gestos de mucho dolor hasta que el toro cayó y se fue a la enfermería entre vítores de torero mientras el presidente le concedía una oreja de ley que paseó la cuadrilla.

  
El quinto resultó ser un toro deslucido y la labor voluntariosa de Román pasó sin pena ni gloria. Román lo intentó todo pero el del Puerto fue una mole sin casta.
José Garrido salió a revienta calderas en el sexto para no quedarse atrás en la tarde. Lo dio todo el extremeño delante de un noble y soso animal con el que arreó para no quedarse sin trofeo. Comenzó su faena de rodillas en el tercio intentado llevar largo a un animal que se acabó muy pronto. Se pegó un arrimón cuando el toro dejó de moverse y se fue a por la espada. Se tiró extrañamente a matar tirándose encima del toro dejando una estocada baja que tuvo efectividad. 


Ficha:
Plaza de toros de Pamplona. 1º corrida de toros de la feria de San Fermín 2018. Sábado 7 de Julio.
Toros del Puerto de San Lorenzo. 1º, soso. 2º, noble. 3º, deslucido. 4º, noble. 5º, deslucido. 6º, deslucido.
Paco Ureña: Silencio y Oreja que paseó la cuadrilla al resultar herido el torero.
Román: Oreja y Silencio
José Garrido: Silencio y Silencio
Entrada: Lleno
En la lidia del cuarto toro Paco Ureña resultó herido en la cara interna del muslo derecho. Según palabras del cirujano jefe de la plaza de toros de Pamplona el lorquino presenta:
Parte Facultativo: 

“Herida por asta de toro de unos 15 cm de extensión longitud en cara interna del muslo derecho, que provoca una rotura masiva muscular y con una longitud que alcanza la cara anterior del fémur. 

Fdo: Dr. Ángel Hidalgo

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