Último encierro de San Fermín: los Miura arrasan en Pamplona
Uno de los dos toros castaños de Miura se ha escorado hacia la derecha del vallado de Telefónica, se ha encontrado con un grupo de mozos y mozas parados y se ha llevado uno de ellos prendido del pitón, entre la camiseta y el pañuelo rojo sanferminero. Desde ahí, un trote de Miura, con zancada larga y cabeceo constante, tratando de deshacerse de ese joven que llevaba colgado del asta derecha, hasta que por fin la tela se ha rasgado en el callejón de acceso a la plaza y el pasajero ha caído al suelo.
Ha sido la imagen más impactante del tremendo encierro de los miuras en el último de San Fermín, en el que ha habido siete corredores trasladados al hospital. Dos de ellos, tienen pronóstico grave pero no por asta de toro sino por traumatismo craneoencefálico, según el último parte médico, recogido por Efe.
Los miuras siempre engañan. Parecen finos, de poco peso, pero rondan los 600 kilos sin problema. Sus carreras parecen como las de los demás toros, incluso más lentas, pero realmente es como comparar el sprint de un hombre normal con el de Pau Gasol. Porque los miura tienen una alzada mayor que los toros que pasan por San Fermín, especialmente los de origen Domecq.
Desde el inicio, los de Miura han decidido que querían conocer las calles de Pamplona por su cuenta, sin la carabina de los cabestros, una pesada compañía que se ha repetido durante todos los sanfermines de este año. Con su galope de zancada larga, los toros se han ido encontrando en Santo Domingo con los mozos de este tramo, que han aguantado sólo unos segundos, unos instantes efímeros, su marcha. Hasta aquí, sin grandes problemas.
A su paso por el Ayuntamiento y Mercaderes la manada, compuesta por dos toros negros, dos castaños y dos cárdenos, ha cogido forma de punta de lanza, y así ha llegado hasta la curva de la Estafeta, donde una vez más algún despistado se ha encontrado con la llegada violenta de los astados y ha sufrido un golpe tremendo contra el vallado.
En la Estafeta hoy ha sido sencillo coger toro. Otra cuestión era aguantar el tranco tremendo de los de Miura, tan complicado al comienzo de la recta como al final. Sólo uno de los toros se ha descolgado algo del grupo en este tramo, en el que se han visto grandes carreras a pesar de que ha subido el número de corredores.
La curva de la Telefónica ha sido, un día más, el punto más conflictivo del recorrido. Tienden los mozos a amontonarse en esta zona del vallado, buscando tal vez refugio en los tablones. Pero la inercia de la manada hace que se acaben encontrando de repente entre las astas, a una velocidad cada vez mayor. Así ha sido hoy, con un grupo de jóvenes arrollados. Ha sido en este punto donde uno de los sorprendidos por los miuras ha resultado prendido por la camiseta y el pañuelo. Tremenda la paliza que se ha llevado, golpeado y arrastrado sin descanso. Otros mozos han sido pisoteados por la manada antes del acceso al callejón, aunque los morlacos no han lanzado derrotes.
En la llegada a la plaza se ha confirmado que los de Miura siempre van un paso por delante en cuanto a velocidad, y en menos de dos minutos han pisado el ruedo.
Unos sanfermines que finalizan con sólo dos heridos por asta de toro, una de las cifras más bajas de toda su historia, y con la queja creciente de los corredores sobre la excesiva rapidez de la carrera. La preparación de los toros, de los cabestros, y el antideslizante de la curva de la Estafeta son los factores clave para un encierro cada vez más aséptico. Salen ganando los corredores muy ocasionales, principiantes y guiris desavisados, para los que los toros retrasados o sueltos pueden suponer una amenaza brutal. Pierden los corredores experimentados, que sufren cada día para tratar de coger toro y ponerse delante de las astas, que es a lo que van a Pamplona.
Los toros de Miura serán lidiados por Rafaelillo, Rubén Pinar y Pepe Moral.
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