MADRID Ciclo promoción de novilleros
Domingo 3 de Julio
Oreja a la actitud de Menés:
Cinco años tardó Sepúlveda en volver a Madrid y lo hizo con una novillada variada y con opciones, sobre todo el lote de Daniel Menés. el Madrileño tiró de actitud y entrega sin reservas para ganarse el reconocimiento del público y tuvo premio.
Fue ante el tercero, al que recibió con una caleserina de rodillas a portagayola, para despúes desplegar un alegre repertorio de capote, pues a las gaoneras y chicuelinas del saludio, sumó las crinolinas del quite y una réprica por faroles a las lopecinas de José Manuel.
entonado tambien fue el inicio de muletas de rodillas, templando la calidad del de Sepúlveda, hasta rematarlo con una bonita arrucina. Una buena serie de derechazos apuntó una faena de altos vuelos, pero se cambió de alto las telas, cerró los terrenos y bajó el tono de su labor. Sin embargo, la estocada certera puso en sus manos el trofeo. Buscó la conexión ante el encastado sexto, que requirió una muleta más poderosa que la adornada y variada que le ofreció Menés.
No fue bueno el lote de Curro duran, que ante el descompuesto y orientado segundo sólo pudo porfiar hasta arrancar algún natural de nota, mientras que con el quinto, que acudió por arreones sin ritmo, su labor resultó intermitente, aunque digna. Lo mejor, su buen uso de la espada en ambos.
Otro ejemplar que valio fue el noble repetidor primero, con el que se presentó josé Manuel, que se sacudió los nervios con variedad capotera antes de banderillear con soltura. Sin embargo, faltó acople con la muleta y todo se diluyó, igual que con el obediente cuarto al que pareó con más reunión y exposición. El Murciano puso voluntad, pero el utrero soltó la cara y se vinoa menos desluciendo su labor.
Oreja a la actitud de Menés:
Cinco años tardó Sepúlveda en volver a Madrid y lo hizo con una novillada variada y con opciones, sobre todo el lote de Daniel Menés. el Madrileño tiró de actitud y entrega sin reservas para ganarse el reconocimiento del público y tuvo premio.
Fue ante el tercero, al que recibió con una caleserina de rodillas a portagayola, para despúes desplegar un alegre repertorio de capote, pues a las gaoneras y chicuelinas del saludio, sumó las crinolinas del quite y una réprica por faroles a las lopecinas de José Manuel.
entonado tambien fue el inicio de muletas de rodillas, templando la calidad del de Sepúlveda, hasta rematarlo con una bonita arrucina. Una buena serie de derechazos apuntó una faena de altos vuelos, pero se cambió de alto las telas, cerró los terrenos y bajó el tono de su labor. Sin embargo, la estocada certera puso en sus manos el trofeo. Buscó la conexión ante el encastado sexto, que requirió una muleta más poderosa que la adornada y variada que le ofreció Menés.
No fue bueno el lote de Curro duran, que ante el descompuesto y orientado segundo sólo pudo porfiar hasta arrancar algún natural de nota, mientras que con el quinto, que acudió por arreones sin ritmo, su labor resultó intermitente, aunque digna. Lo mejor, su buen uso de la espada en ambos.
Otro ejemplar que valio fue el noble repetidor primero, con el que se presentó josé Manuel, que se sacudió los nervios con variedad capotera antes de banderillear con soltura. Sin embargo, faltó acople con la muleta y todo se diluyó, igual que con el obediente cuarto al que pareó con más reunión y exposición. El Murciano puso voluntad, pero el utrero soltó la cara y se vinoa menos desluciendo su labor.
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