PLAZA DE TOROS DE VALENCIA (Reportaje) (Especial fallas 2019)


     MEDIO SIGLO DE LA PRIMERA GRAN REMODELACIÓN.


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     En 1968 el coso de Monleón volvió a abrir sus puertas al público tras la ambiciosas obras llevadas a cabo para la ampliación de su capacidad y otras importantes mejoras. Pero también se había salvado una muy inquietante posibilidad: cambiar su ubicación y trasladar la plaza a las afueras de la ciudad.

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     La plaza de toros de Valencia, monumento histórico, escenario múltiples manifestaciones culturales y populares, testimonio de la vida social de la ciudad y marco para la actuación de todo los principales espadas de cada época, fue levantada a mediados del siglo XIX por el arquitecto Sebastián Monleón. El primer festejo (Con el inmueble aún sin terminar) se celebró en agosto de 1851, con José Redondo "El Chiclanero" como gran protagonista. La inauguración oficial data de Junio de 1859, con Cúchares, Manuel Arjona y Antonio Luque en el cartel.

     La dirección del Hospital General, luego Provincial, fue quien ordenó su construcción para, con los beneficios que se recauden mediante la celebración de festejos taurinos, poder continuar con su labor de ayuda a los más necesitados, hecho que da cuenta del perfil solidario que siempre ha tenido la fiesta de los toros.

     Pero un siglo más tarde, y tras haber superado , en 1946, un incendió que destruyó gran parte de las nayas de sol (en 1963 se produjo otro, aunque de menor trascendencia), era obvio que necesitaba ser remozada. Y así se hizo entre el final de la campaña de 1967 y el inicio de la de 1968. Las obras estaban previstas para hacerse en dos fases de sis meses pero se resolvieron, de un tirón, sólo en seis. La reforma  contempló, además de la eliminación del muro que rodeaba la plaza y en el que se situaban taquillas y establecimientos de bebidas, la renovación de nayas y andanadas, la reducción del diámetro del ruedo a fin de dar más capacidad a los tendidos de los que se aumentó su número, así como la construcción de varios aseos más, la apertura de otras cinco salidas de emergencia y la reparación de las humedades que afectaban al recinto desde hacía tiempo. En la edición  del 14 de Marzo de 1968, el diario ABC explicaba así estas obras: "El viejo coso se ha remozado con saludable satisfacion. Ya no queda nada de aquella vieja plaza de toros de Valencia, tan consagrada por la afición. Una eforma a fondo, transcedental, ha cambiado, totalmente, su fisonomía anterior, oscurecida por la vejez de un siglo. Ahora cobra el coso una nueva vida. Toma aparencia de otro bien distinto. Y al ser revitalizado adquiere una juventud en armonía con su época. Con ella, alegría,  belleza y colorido, resplandecen como tesoro de su personalidad",

     El 10 de Marzo de 1968 fue el día señalado para inaugurar la reforma de la plaza. Con tres cuarto del aforo cubierto. Julián Aparicio, Diego Puertas y Ricardo de Fabra, que tomaba la alternativa, fueron los primeros diestros que pisaban el nuevo ruedo y lidiaron toros Francisco Galache. El nuevo matador de toros superó con dignidad el compromiso y derrochó voluntad. No le ayudaron sus toros pero estuvo por encima de ellos y se llevó una oreja del toro de la alternativa. "Rondeño", berrendo, numero 44 y con un peso de 466 kilos.El testigo de la ceremonia, diego Puerta, triunfó clamorosamente u obtuvo dos orejas y un rabo.


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     Antes, por la mañana y al  acabar  el sorteo, se celebró una misa de campaña en el mismo ruedo. Banderas y tapices engalanaron el interior del ruedo y, aunque la tarde resultó fría climatológicamente, se registró un gran ambiente.

     Unos días antes, el 7 de Marzo se había inaugurado la Venta del Saler,  que a imitación de la del Batán  en Madrid, serviría para que allí se alojase y pudiese ser visto por el público el ganado a lidiar en la plaza. Acudieron el presidente de la Diputación. Bernardo Lassala, el teniente alcalde del ayuntamiento, José Grima, y el jefe superior de Policía, Antonio Cano, entre las autoridades más representativas. El sacerdote José Ivancos, vicario mayor del Hospital Provincial, bendijo las instalaciones, y las siete corridas de toros anunciadas para las Fallas pudieron ser contempladas a partir de ese momento. Disponía de 33.000 metros cuadrados, ocho corrales para exhibir el ganado de las corridas, tres para cabestros, mangas , corredores, distintas dependencias para empleados y una terraza para presenciar los toros. Más tarde se construiría también una placita.

     Pero la historia tuvo unos entresijos que se remontaban, al menos, al año anterior. En Enero de 1967, a la Diputación de Valencia llegó una propuesta para construir un nuevo coso taurino. La oferta procedía de la empresa DACOSA, formada , entre otros, por el que fuese durante varios años empresario de esta plaza Cristóbal Peris y su hijo Luis Peris Gimeno. El proyecto contemplaba retirar la plaza de su ubicación junto a la estación de Renfe, en la calle Játiva, y la construcción de una nueva en unos terrenos entre la antigua carretera de Barcelona y el ferrocarril de Rafelbuñol, en el tramo de San Miguel de los Reyes. El aforo del nuevo coso estaba previsto que fuera para 40.000 espectadores y toda la zona sería urbanizada con edificios modernos y diversas vías de acceso. Por su parte, en los solares de la actual plaza se pensaba construir edificios que rentarían de 25 a 40 millones de pesetas. De los de entonces

     La proposición, una más de las varias que en ese sentido habían surgido en aquellos años, afortunadamente, no tuvo eco entre los responsables de la Diputación. No obstante, a tenor de la polémica levantada al efecto, pues las opiniones se dividieron  entre los que querían conservar la plaza actual y los que abogaban por la construcción de una nueva, la empresa entonces gestora  del inmueble presentó públicamente , días después de dar a conocer oficialmente los carteles de las Fallas, los tres bocetos que proponía a la Diputación para la reforma del coso taurino.

     La opción de la empresa, capitaneada por Livinio Stuick y José María Jardón, según explica Vicente Sobrino en su imprescindible libro Memoria de luces, era la de demoler el paredón que rodeaba el ruedo, por lo que las arcadas quedarían a la vista. Por otra parte, se ahondaría el piso de la plaza y se ganaría con ello algunas localidades.También se pintaría y embellecería todo el edificio. Otro de los proyectos suponía la construcción de una venta de exposición de los toros que e lidien en Fallas y en la Feria de Julio. se tenia previsto que esta venta se edificara en El Saler.


     este proyecto de la empresa decidió definitivamente a la Diputación y, en consecuencia, se rechazó la propuesta de Cristóbal Peris y su hijo, y se abordo la reforma del coso taurino. Se zanjaba la polémica de un nuevo edificio y el pleno de la Diputación del 27 de enero, bajo la presidencia de Bernardo de la Sala y González, se decidía por la propuesta de la empresa. El pleno  aprobaba la reforma y la construcción de la Venta del Saler y la plaza saldría a subasta por un período de 10 años y un canon mínimo de arrendamiento de nueve millones de pesetas anuales, con la obligación del nuevo arrendatario de acometer las obras de la reforma y la construcción de la Venta del saler. Como  así fue.
  
     Para aquella feria  fallera de la inauguración  de tan ambiciosa rehabilitación se programaron siete corridas de toros y el cartel oficial fue una recuperación litográfica de una pintura de Mariano Benlliure de principios de siglo.

     diego Puerta y Paco camino fueron los grandes triunfadores de un serial brillante en conjunto. Puerta añadió otras dos orejas obtenidas en la corrida del 14 al rabo conseguido el día 10, Camino, presente en dos tardes, cosechó un total de cinco orejas y  y dos rabos, tres y un rabo fue el total de Manolo Cortés, a quien dio la alternativa Antonio Ordoñez, premiado con tres orejas tras sus dos actuaciones. Dos orejas paseó Paquirri y otras dos Miguelín y Palomo Linares, conseguidas tras lidiar toros de Baltasar Ibán el día de San José.

     Estas obras pertenecerían prácticamente  intactas hasta que en 2011 se estrenó una nueva remodelación, en la que además de sanear bajantes y desagües, se ganó en comodidad, con asientos más modernos y que dan a la plaza una estética diferente.

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