Manzanares: “La operación ha sido un alivio, me ha cambiado la vida”
El alicantino reaparece hoy en Castellón después de la intervención de la lesión lumbar que le impidió hacer el paseíllo en Illescas y Valencia
Castellón
será una vez más donde arrancará su temporada José María Manzanares.
Una lesión en la espalda le ha impedido estar en Illescas y Valencia,
pero, tras ser intervenido de urgencia, asegura estar totalmente
recuperado y con ganas de volver a los ruedos. "Con esta
operación se me han quitado todos los dolores lumbares y el cuerpo ya no
se me contractura. Ya puedo torear, correr y prepararme sin ningún
problema. Ha sido un gran alivio y esta operación me ha cambiado mucho
la vida, me encuentro muy bien. Tengo mucha ilusión por empezar", asegura el torero.
Toreará junto al Fandi, muy querido en esta tierra, y Roca
Rey, el torero del momento que, al igual que el alicantino, suscita
interés más allá de los ruedos. “Es un cartel con tres conceptos
distintos y creo que va a gustar. El caso de Roca Rey es muy
importante, supone que el torero interesa a más gente. En mi caso, yo he
podido explicar el mundo del toro más allá de mi país, porque cuando un
torero interesa y es un atractivo para el mundo del toro es muy
importante. Según mi experiencia, fuera de España ven el toreo con mucho
respeto y se les despierta una curiosidad enorme por lo que siente un
torero, por sus miedos... el toreo, pese a que muchos lo quieran negar,
es una fuente de misterios muy grande que atrae a mucha gente. Ahora le
toca a Andrés pasar por todas esas circunstancias, es ley de vida. Es
fundamental para la Fiesta que en cualquier ámbito social se interesen
por los toreros”, razona el diestro alicantino.
TAUROMAQUIA SENTIMENTAL
Manzanares habla del momento que atraviesa como torero, una nueva etapa que él mismo define como “muy
personal. No busco los números, mis prioridades son otras, busco la
manera más pura y natural de sentir el toreo. Mi lucha es poder
transmitir el clasicismo del toreo de toda la vida, el que aprendí de mi
padre y mi abuelo, de manera perfecta. Mi tauromaquia resulta cada vez
más sentimental”.
Salamanca, su segunda casa
La puesta a punto de su temporada ha tenido lugar en el
campo charro. Su cuartel general es la finca que sus apoderados, Jorge y
Toño Matilla, poseen en Salamanca. Se siente como en casa. Junto a él,
toda su cuadrilla, su segunda familia, con la que hace vida en común,
con la que compite a mediodía para ver quién cocina mejor: "Los arroces son mi especialidad, como buen alicantino", matiza.
Dedica las mañanas al entrenamiento físico y las tardes, a torear vacas. Todas las que le apetecen, "hay
días que con dos ya me quedo satisfecho, otros toreo seis... depende. Y
algún toro, aunque lo planteo con días de antelación para ir
mentalizándome porque pretendo que sea un entrenamiento lo más parecido a
la plaza posible. Las vacas van muy bien porque te afinan mucho la
técnica, pero el que te da el fondo como torero es el toro, porque es
más exigente que una erala", argumenta.
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