DOCE MESES, DIEZ PREGUNTAS
1.- ¿Qué consecuencias tendrán los procesos electorales de 2019 para la tauromaquia?
-La política se ha incubado de tal manera en su cuerpo que la cuestión será la más trascendente del año. Gobierno, parlamento, ayuntamiento y organismos públicos han alterado en una década la relación natural entre el toreo y la sociedad hasta pervertirla. La sangría de festejos en la plaza menores ha sido tan acusado que de no revertirse la anemia de futuro peligra.
2.- Saldrán adelante las leyes Europeas enfocadas a la crianza del bravo?
Si llegara a concretarse la intención de retirar las subvenciones por vaca nodriza, cantidad de ganaderías tendrían que cerrar con las funestas consecuencias que ello conllevaría. Sin toros no puede no puede haber toros, una obviedad que el enemigo ha tomado como nueva y eficaz estrategia. Si para la mayoría de los criadores la actividad resulta deficitaria, aunque compensada en parte para el espíritu del romanticismo, sin ese alivio proveniente de los fondos europeos, la cabaña de bravo quedaría profundamente diezmada al ser imposible de repercutir en los precios de los costes reales de la crianza de animal tan selecto. La conformación del nuevo Parlamento Europeo también será indicativo de la correlación de fuerzas a favor y en contra de la tauromaquia.
3.- ¿Volverán las corridas de toros a las Baleares?
Después de fallarse como inconstitucional parte, insisto en lo de parte, de la llamada Ley Balear, hay que saber interpretar una sentencia con cuatros votos particulares inquietantes. Una cosa es que se obligue a respetar la lidia en su esencia y otra que se admitan como válido requisitos que hacen casi imposible la organización de espectáculos. Hay exigencias no anuladas por el Constitucional que invitan al pesimismo. El alto tribunal habría intentado contentar a las dos partes: una victoria moral y legal para los taurinos, con su consiguiente repercusión preventiva en otras zonas frente a tentaciones en el mismo sentido, y una materialización de sus objetos para los antis al de dejar sin toros a las Baleares por inviabilidad de cualquier proyecto taurino. Sin prohibir, vía regulación autonómica, se puede impedir, camino que queda despejado.
4.- ¿Habrá bombo para San Isidro?
A dos meses de oficializarse los carteles, la aspiración de Simón Casas parece difícil de concretarse. Las figuras podrían anunciarse en la feria, que no era el abono, concentrándose en la Beneficencia, la Prensa y la Cultura, lo que enrarecería el ambiente y las hostilidades en esas tardes de clavel de lo más reventón. También podría acotarse el sorteo a una parte del ciclo lo que desnaturalizaría la razón de la idea. Lo que en Otoño, por su metraje, parece fórmula recurrente para la isidrada se antoje complejo.
5.- ¿Se producirá la gran remodelación de Las Ventas?
El silencio alimenta las dudas de que el actual gobierno de la Comunidad madrileña finalmente ponga en marcha un proyecto que aún no se ha presentado, que los técnicos no concretan y que, en consecuencia, carece de concurso de adjudicación. El tiempo pasa, las elecciones están cerca y la Monumental, pese al lifting en sus alturas que se abordo en 2018, requiere unas obras de gran calado que le permitan acercarse sin temores a cumplir un siglo rejuvenecida y no decadente.
6.- ¿Qué pasará con la gestión de la plaza de Bilbao?.
Tampoco el ayuntamiento a cumplido con los plazos estipùlados para sacar el pliego de condiciones que regirá Vista Alegre durante los próximos lustros. Tenia que haberse publicado en octubre y entramos de enero sin conocerse.Los rumores son muchos, los que alimentan el silencio. Bilbao es esencial, de ahí la importancia de que el pliego sea viable, que venga a sumar y no a restar, al tratarse de un puntal de la temporada. Los interesados deben calibrar si las reglas del juego son viables o, por el contrario, si se trata de un nuevo caso de condiciones abusivas por parte de esas administraciones vampíricas que apuntan con sus colmillos a la yugulares del toreo.
7.- ¿Volveran los toros a Quinto?.
Las esperanzas se abren paso con el nuevo gobierno de Lenin Moreno y la constatación entre los quiteños de que sin toros las fiestas de Jesús del Gran Poder se quedan en anda. Sería una forma de reactivar una temporada americana que pierde vigor.
8.- ¿Reaparecera Talavante?.
Sólo él lo sabe, o no. Dudo que en 2019 lo veamos en los ruedos. Hay quien afirma que su intención es la de no volver a torear nunca más, que así lo comentó entre sus más allegado cuando se conoció la decisión. Me cuestra creerlo por juventud y porque su talento no ha tocado techo. Una baja muy sensible.
9.- ¿Y José Tomas?
Esta es la sempiterna pregunta de los últimos años por estas fechas en donde tratamos de escudriñar en la bola de cristal de lo cercano. Hace doce meses había esperanzas fundamentadas de que completaría una campaña moderada de actuaciones. Al final, una corrida y de nuevo el silencio.
10.- ¿Será el sector capaz de consesuar medidas vitales?.
Cada uno va por su lado, no hay mesas de trabajo conjuntas, ni un estucio profundo de mercado para trazar una terapia de choque. Las ideas se dispersan para terminar diluyéndose en el ácido de los egoísmos gremiales. Urge una reconversión si no se quiere hipotecar un futuro cada vez con menos margen para pagar las letras. Los antitaurinos se han dadoi cuenta que sin hacer tanto ruido, de modo sibilino, se pueden lograr los objetivos. Solo falta dejar hacer sin hacer a los que deberían mirar más allá de pasado mañana.
PESE A TODO, FELIZ 2019
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