la empresa taurodelta, a través de un jurado compuesto por periodistas de los distintos medios que han cubierto la feria, ha dado a conocer los nombres de los triunfadores del ciclo, cuyo premios fueron distribuidos así: triunfador de la feria, mejor faena y mejor estocada, José Maria Manzanares; Mejor Novillero, Luis david Adame; Mejor Rejoneador, Leonardo Hernández; Torero revelación, Andres Roca Rey; Mejor picador, Juan Bernal; mejor brega de subalterno, César del Puerto; Mejor par de Banderillas, David Adalid; Mejor ganadería, Victoriano del Rio; y Mejor toro, "Malagueño", Nº 1, de Alcurrucén.
Pocas artes encierran tantas supersticiones y manías como el toreo. Los toreros se aferran a imágenes y símbolos buscando protección y suerte. Cristos, Vírgenes o símbolos más laicos, como simples ajos o monedas, han acompañado desde siempre a quienes se juegan la vida en la plaza. Aun así, muchas veces ni el más sagrado de los iconos ha podido terciar para salvar la vida del torero. Y en muchas de las ocasiones que el albero se ha teñido de sangre humana, algo extraño ha precedido al momento fatal. Algo que la gente del mundillo taurino ha tachado de inexplicable, de anómalo e incluso de maldito. Dicen los entendidos que el torero nace, no se hace. En un arte tan antiguo, en el que el hombre se juega la vida frente a una bestia, la buena o la mala suerte, la fe y la superstición desempeñan papeles decisivos, tan importantes como la destreza del matador. El fervor es tal que desde siempre las estampas e imágenes religiosas han acompañado al matador, incluso en el trascurso de
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