SER FORCADO: UNA CUESTIÓN DE ALMA, CORAZON Y TÉCNICA (Reportaje)

     El nombre "forcado" deriva del bastón que los mozos llevaban y unían para impedir el acceso al palco del rey. Actualmente, en las corridas de toros sólo lo utilizan para hacer el paseíllo.
     Los grupos de forcados empezaron a existir en 1836, durante el reinado de María II y  descienden de los antiguos "Monteiros da Choca", un grupo de mozos que, como se ha dicho, defendían desde el ruedo las escaleras de acceso al palco real. Tras el decreto de prohibición de la muerte del toro en el ruedo, los mozos pasaron a hacer la pega al toro, como momento final de la lidia. Desde entonces, las corridas a la portugesa terminan con la pega del toro.

     Inicialmente, esas pegas de los forcados se realizaban de manera individual, no en grupos organizados, aunque con el tiempo comenzaron a nombrar un mozo para ir por delante, para solo después empezar a citar al toro de largo. Los relatos de la época apuntan como primer grupo de forcados, con los conceptos que hoy conocemos, al Grupo de Forcados Amadores de Santarém, en el año de 1915.

     Como el toreo, las pegas tienen tiempos, que son los de citar, recular, templar, reunirse y rematar. Para analizar una pega hay que tener en cuenta no solo los tiempos de la pega, sino también la elegancia del forcado de la cara (el que va por delante) citando al toro, la distancia del cite, la manera de caminar hacia el toro, la forma como se cierra (agarra) en el toro, cómo interviene el forcado nombrado para primer ayuda y cómo se cierra todo el grupo.

     Los grupos de forcados están constituidos por varios hombres y están siempre asociados a un pueblo o ciudad, y aunque el grupo lo componen muchas personas, a la hora de entrar en el ruedo, para hacer la pega, solo pueden entrar ocho hombres.
   
     Los grupos de forcados ya no son exclusivos de Portugal, porque la comunidad portuguesa emigrada ha hecho nacer grupos de forcados en California y en México. En Portugal actualmente hay 39 grupos en la Asociación Nacional de Forcados.

     Los forcados son hombres valientes, pero ante todo son hombres de fe, que entregan a Dios su vida cuando saltan las tablas, por amor a la Tauromaquia y a la cultura portuguesa. Llevan en su alma la técnica, el arte y todos sus valores morales, que conlleva ser forcado.

El forcado es un símbolo de Portugal, representativo de la valentía

y la unión  entre los hombres.

Rápidamente identificado por su traje en la corrida, este se compone

de cobata, suspensorios, zapatos de forcado,

chaqueta de ramagens (flores), camisa blanca, pantalones cortos

de color trigo con botones dorados, medias blancas bordadas, 

cinta roja y barrete (gorro) de forcado. Así

vestidos, y a cuerpo limpio, se enfrentan al toro, en una 

lucha limpia entre la bravura y la fuerza, por 

un lado, y la técnica y el valor , por otro.